“Es la Sostenibilidad, estúpido” - EL ÁGORA DIARIO

“Es la Sostenibilidad, estúpido”

El Ágora, diario del Agua presenta a Curro Lombardo, abogado y economista, experto en derecho de aguas como nuevo director. El reto será convertir el medio en el espacio de referencia sobre desarrollo sostenible y agua para el público general, combinando contenidos científicos y divulgativos en un entorno de creciente digitalización


Curro Lombardo Curro Lombardo es director de El Ágora, diario del agua


Cuando se cumple algo más de un año de vida de El Ágora, asumo el desafío de dirigir un medio que aspira a convertirse en referente de la Sostenibilidad. De la Sostenibilidad mayúscula. Y hago mío, o, mejor dicho, nuestro… el célebre lema, acuñado por James Carville, y que dio, en un lejano 1992, las elecciones a William Jefferson Clinton.

En el 92, casi nadie hablaba de desarrollo sostenible ni de Sostenibilidad mayúscula con la contundencia y la urgencia -sí, urgencia- con la que hablamos hoy.

Hablo de Sostenibilidad mayúscula como un camino, y no como un objetivo en sí mismo. Y casi como la única y mejor de las opciones para seguir propiciando el desarrollo presente sin comprometer el desarrollo futuro. Y que hoy, en un complejísimo 2020 apremia más que nunca.

Es la Sostenibilidad, estúpido” es algo más que un título para mi primer artículo en El Ágora del Agua. Es un marco de referencia y el espíritu del medio. Es un recordatorio y una llamada de atención para que ustedes, que me leen, el equipo de redacción de El Ágora, los poderes públicos, las empresas, las entidades del tercer sector y yo mismo… seamos capaces de trabajar al unísono para garantizarnos el hoy y proveer el mejor y más sostenible de los futuros a quienes aún están por llegar. Al unísono. Asentando las bases para no perdernos en debates yermos, poniendo el foco de atención en las cuestiones que de verdad importan.

Importan los grandes desafíos a los que, como humanidad, nos enfrentamos. Desafíos que requieren un compromiso común y sin fisuras.

Importa, como es natural, el desarrollo y la sostenibilidad económica, pero sabemos que ésta no puede basarse en el crecimiento económico insostenible.

Importan la sostenibilidad social y la aportación de soluciones y fórmulas que contemplen la creación de valor para la sociedad.

E importa la sostenibilidad ambiental para garantizar un futuro habitable porque, hasta hoy, no hay Planeta B.

Hoy se cumplen cinco años de la aprobación unánime por todos los Estados miembros de la Asamblea General de Naciones Unidas de la Resolución A/RES/70/1: “Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”. Una hoja de ruta en la que 193 países fijaban el camino, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y un horizonte temporal, 2030, para asentar los cimientos de un mundo que hable un lenguaje común. Que hable en términos de Sostenibilidad.

ODS

Esos más de 190 países se comprometieron a “fomentar y promover la constitución de alianzas eficaces en las esferas pública, público-privada y de la sociedad civil, aprovechando la experiencia y las estrategias de obtención de recursos de las alianzas”. Y, hoy, precisamente en estos tiempos marcados por una pandemia de alcance mundial, ese camino, el de las alianzas, la solidaridad, la cooperación y el trabajo conjunto, resulta más necesario que nunca.

En esta Resolución que, a pesar de que cumplir un lustro, hoy está más vigente que nunca, Naciones Unidas da un paso más desde que declaró el derecho al agua y al saneamiento como derecho humano. En ella expresa su voluntad de situar al agua como objetivo transversal: el ODS 6 es clave para lograr los 17 ODS.

Y es que, como señalaba Tales de Mileto “el agua es el principio de todas las cosas”. Es el medio natural que garantiza todas las formas de vida en el planeta, pero también el elemento sobre el que más incide el cambio climático: subida del nivel de los océanos, desastres naturales -grandes sequías e inundaciones-, afección de los ecosistemas acuáticos…

Sí, efectivamente es urgente adelantarnos a una posible crisis del agua, es vital superar las manidas posiciones individuales y perseverar en la voluntad de la ONU de generar alianzas y aunar esfuerzos en torno al agua. Continuar sumando en el sector del agua es esencial para proveer las mejores soluciones “sin dejar a nadie atrás”, y solo será posible hacerlo en un entorno de diálogo y consenso.

Para el equipo de El Ágora, el agua es la energía que nos impulsa a crear el espacio de reflexión imprescindible que contribuya a la llamada a la acción de Naciones Unidas.

El agua es el corazón de El Ágora. Es el principio del camino hacia nuestra meta: ser el espacio de inspiración y reflexión necesario para avanzar hacia la Sostenibilidad mayúscula.

‘El corazón de los árboles’ de Jaume Plensa.

Inspirar y reflexionar… solo artistas tan profundos como Jaume Plensa son capaces de lograr ambos retos de una manera sublime. En mi caso, me inspiro hoy en “El corazón de los árboles”, las esculturas que representan a un hombre sentado a los pies de un ciprés al que rodea con sus brazos de acero. Inevitablemente Plensa consigue lo pretendido, y el curioso observador evoca ese más que necesario abrazo entre el hombre y la naturaleza. Pero va más allá, y nos invita a reflexionar y a soñar sobre ese futuro en el que el árbol habrá crecido y quizás devuelva el abrazo a ese hombre de acero.

El arte es insustituible como inspiración para soñar con el futuro, pero debemos ser conscientes que si no regamos el corazón del árbol probablemente nunca pueda devolvernos el abrazo.

Ese es el camino, el camino que les plantea hoy El Ágora. El único camino es y seguirá siendo el de la Sostenibilidad (mayúscula). Sí, “es la Sostenibilidad, estúpido”. Mucho más que un título.


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