Miles de personas elegimos las grandes urbes para vivir y crear nuestro hogar, pero el crecimiento acelerado de las ciudades conlleva problemas que amenazan la sostenibilidad de nuestros entornos urbanos.
En diciembre de 2016, los líderes mundiales adoptaron la Nueva Agenda Urbana, un estándar mundial para el desarrollo urbano sostenible que busca, entre otras cosas, un uso del agua más integrado y sostenible dentro de las ciudades.
Según Naciones Unidas, la escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial y la rápida urbanización está ejerciendo gran presión sobre los suministros de agua dulce, las aguas residuales, el entorno de vida y la salud pública.
Lo hacemos tendiendo la mano a nuestros grupos de interés como la Universidad Autónoma de Madrid, con la que hemos impulsado el Observatorio de Sostenibilidad Ambiental de la Edificación Residencial con el objetivo de aportar nuevas herramientas para controlar el impacto del sector de la construcción en el entorno, usando como modelo las promociones residenciales de Vía Célere.
El primer estudio del Observatorio ha consistido en medir la huella hídrica de una promoción residencial, que permita extrapolar los datos y calcular la huella hídrica de cualquier edificación residencial en España en función de su superficie construida, como primer paso para evaluar cómo se puede optimizar el consumo de agua a la hora de edificar una promoción.
Según este estudio, pionero en nuestro sector, una promoción tipo de 100 viviendas de 100 metros cuadrados cada una, genera una huella hídrica azul, definida como el volumen de agua (de origen superficial o subterráneo) consumida durante el proceso de producción, similar al que se necesitaría para llenar 20 piscinas olímpicas. Es decir, cada metro cuadrado construido genera una huella hídrica azul de cinco metros cúbicos.
En Vía Célere hemos querido ser precursores, no sólo a la hora de medir la huella hídrica de nuestras promociones (en 2019, entregaremos cerca de 1.200 viviendas que suponen aproximadamente 240.000 m2 construidos y una huella hídrica azul de 1.200.000 m3), sino que nos comprometemos a devolver cada año un porcentaje de nuestra huella hídrica azul apoyando proyectos sociales relacionados con la mejora en la gestión del agua. En 2019, recuperaremos para el medioambiente el 20% de la huella hídrica azul de las promociones que entreguemos este año.
Con esta medida, queremos servir de punta de lanza para que nuestro sector ponga también el foco en este aspecto de la sostenibilidad en la edificación, menos tenido en cuenta hasta ahora que la contaminación ambiental o el consumo energético, pero igual de relevante.
Es fundamental reflexionar sobre la importancia de la gestión del agua en las ciudades del futuro, profundizando en conocer la huella hídrica que generan todos los agentes públicos, privados y particulares que intervienen en una ciudad y que medidas tomar para reducirla para lograr que el crecimiento sostenido de nuestras ciudades deje de presionar los recursos naturales de los que disponemos y, con ello, combatir la escasez de agua que afecta a más de un tercio de la población mundial.
Creemos que es necesario que todos los actores del sector se sumen para generar un cambio que realmente marque la diferencia y que, entre todos, seamos capaces de conseguir entornos urbanos sostenibles y eficientes también desde el punto de vista del consumo de agua.
Carlos Valdés es responsable de RSC de Vía Célere
