El camino hacia una nueva cultura de la gobernanza del agua

El camino hacia una nueva cultura de la gobernanza del agua

Los nuevos retos que ponen en riesgo la seguridad hídrica, entendida en términos de cantidad y calidad, nos llevan a la necesidad de nuevas políticas del agua que permitan una gestión eficiente y sostenible de los recursos hídricos


Gari Villa-Landa Responsable de Asuntos Internacionales de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS)


España cuenta con una larga tradición en gestión de los recursos hídricos, consecuencia de la escasez de este bien esencial. La Directiva Marco del Agua supuso un cambio sustancial en el enfoque de la gestión de los recursos hídricos, incluyendo no solo aspectos de cantidad sino, sobre todo, de calidad de las masas de agua.

Veinte años después, hacer frente a los nuevos retos que ponen en riesgo la seguridad hídrica (entendida en términos de cantidad y calidad), entre los que se encuentran la contaminación, el crecimiento desigual de la población o el cambio climático, nos llevan a la necesidad de nuevas políticas del agua que permitan una gestión eficiente y sostenible de los recursos hídricos. En este sentido, la gobernanza del agua puede contribuir a diseñar e implementar tales políticas.

La gobernanza del agua, que debe ser entendida como un medio y no como un fin en sí misma, aborda el papel de las instituciones y las relaciones entre las organizaciones y los grupos sociales involucrados en la toma de decisiones relacionadas con el agua, tanto horizontalmente, entre diferentes sectores y entre áreas rurales y urbanas, como verticalmente, desde el nivel local al internacional[1].

De este modo, nace en 2018 el Comité Técnico de Conama sobre gobernanza del agua, con un doble ambicioso y novedoso objetivo: promover el diálogo entre las múltiples partes interesadas y llevar a cabo un análisis inicial de la gobernanza del agua en España. Dicho comité está formado por diversos actores, incluidos aquellos fuera del circuito clásico del sector agua, dado que abordar la gobernanza del agua para poder aportar soluciones de una naturaleza diferente a las adoptadas hasta el momento requería incluir estos otros actores, como pueden ser empresas de gas y electricidad, instituciones políticas, el Defensor del Pueblo o los sindicatos.

Para guiar el diálogo y llevar a cabo ese análisis inicial de la gobernanza del agua, se utilizaron como marco de referencia los Principios de Gobernanza del Agua de la OCDE y su Marco de Indicadores[2]. Fruto de dos años de intensos debates, se ha elaborado el informe El camino hacia una nueva cultura de la gobernanza del agua, que fue publicado el pasado día 19 de abril.

Portada del informe de Conama titulado 'El camino hacia una nueva cultura de la gobernanza del agua'.
Portada del informe de Conama titulado ‘El camino hacia una nueva cultura de la gobernanza del agua’. CLIC EN LA  IMAGEN PARA ACCEDER AL TRABAJO

«Se necesita seguir invirtiendo y colaborando para reforzar dicho sistema de gobernanza para garantizar el papel del agua como catalizador del desarrollo sostenible»

La principal conclusión de se desprende dicho informe es que, a pesar de que en España hay un avance significativo en cuanto a gobernanza del agua, se necesita seguir invirtiendo y colaborando para reforzar dicho sistema de gobernanza para garantizar el papel del agua como catalizador del desarrollo sostenible.

Entre aquellas dimensiones de gobernanza que requieren mayores esfuerzos, cabría destacar las siguientes:

  • Se necesita una política del agua lo suficientemente trasversal que permita no solo establecer objetivos sino metas globales que afecten a todas las esferas que comprenden el agua. Para ello, sería necesario desarrollar mecanismos que promuevan una mayor coordinación de las entidades responsables. Además, una política trasversal del agua reforzaría la coordinación intersectorial entre todos aquellos sectores relacionados con el agua.
  • A pesar de la larga tradición en España en gestión por cuencas, se necesita un mayor desarrollo de mecanismos que favorezcan la coordinación entre escalas territoriales e hidrográficas para una adecuada gestión de los recursos hídricos.
  • Se ha detectado una falta de mecanismos para identificar el nivel de capacidad de las autoridades responsables necesario para llevar a cabo sus funciones y afrontar los retos del agua.
  • En lo que respecta a la disponibilidad de datos e información, existe la necesidad de mejorar la armonización, integración y estandarización y coordinación de los sistemas de información, así como el acceso a la misma y la forma de comunicarla a las distintas partes interesadas, tal como se desprende del recién aprobado PERTE Digitalización del agua.
  • Considerando las necesidades de inversión del sector del agua, para hacer frente a los retos actuales y futuros para salvaguardar los recursos hídricos y los servicios del agua, incluido el cumplimiento de una normativa cada vez más exigente, hay una urgente necesidad de avanzar en la implementación del principio de recuperación de costes, para lo cual se debería, por una parte, cumplir con las directrices de la Directiva Marco del Agua y, por otra, adaptar los instrumentos existentes del régimen económico-financiero a dicha directiva y desarrollar nuevos instrumentos, como podrían ser un canon relativo a la contaminación por nitratos o una tasa sobre las aguas subterráneas.
  • Hay un amplio margen de mejora en cuanto a la implementación de un marco regulatorio sólido que promueva el cumplimiento y aplicación de la normativa y que apoye el logro de los objetivos regulatorios de manera eficiente, protegiendo el interés público.
  • Se debe seguir fomentando la normalización de las prácticas de integridad y transparencia, por ejemplo, mediante la implementación de mecanismos para identificar potenciales motores y riesgos de corrupción o herramientas para hacer un monitoreo de la transparencia, la rendición de cuentas y la participación en el sector del agua.
  • Es necesario fomentar una participación de los diferentes actores desde la corresponsabilidad, para lo cual, hay definir los objetivos de esta participación, que debe ser flexible, así como estrategias de comunicación adaptadas para los diferentes actores, y se deben implementar mecanismos para diagnosticar y revisar los retos, procesos y prácticas de implicación de las partes interesadas, y sus resultados.
  • Por último, pero no por ello menos importante, resulta necesario avanzar en el monitoreo y evaluación regular y sistemática de las políticas y la gobernanza del agua, dado que no se puede mejorar lo que no se puede medir y evaluar.

Parece evidente que el único camino para garantizar la sostenibilidad de los recursos hídricos y un futuro sostenible es el que pasa por crear una nueva cultura de la gobernanza del agua, camino que debemos emprender desde el aprendizaje de lo ya avanzado y desde la corresponsabilidad de todas las partes implicadas, ya que como dijo Antonio Machado “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”.


[1] OECD (2015a), OECD Principles on Water Governance, OECD, París.

[2] OECD (2018), Implementing the OECD Principles on Water Governance: Indicator Framework and Evolving Practices, OECD Studies on Water, OECD Publishing, Paris.


Gari Villa-Landa es responsable de Asuntos Internacionales de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS). Es también la Coordinadora del Comité Técnico de Conama sobre gobernanza del agua.



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