Ser Champion de Naciones Unidas contra el cambio climático, en el actual contexto de emergencia climática, exige grandes esfuerzos y todas las horas del día. No en vano su labor es movilizar a los “actores no estatales” para que se sumen a la acción contra el calentamiento global. En definitiva, aunar el compromiso de empresas, ONG’s, organizaciones ciudadanas, instituciones académicas, sociedad civil y un larguísimo etcétera para “forzar” una respuesta firme de los Estados en aras a hacer realidad los objetivos del Acuerdo París: emisiones cero en 2050.
A pesar de su apretada agenda internacional, Gonzalo Muñoz Abogabir, chileno y español, alumno de la Universidad de León, ha compartido con El Ágora su visión de los avances de la lucha contra el cambio climático en este controvertido 2020 y cómo vislumbra el camino de la acción climática en 2021.
Para el Champion está claro que en 2020 todo el protagonismo y el esfuerzo internacional se ha centrado en la grave pandemia que asola al mundo, “la prioridad tiene que ser salvar vidas, poner el foco en la salud de las personas y en salir de la crisis sanitaria que vivimos”.
«Podemos y debemos habitar este planeta de forma más inteligente»
Sin embargo, sin ánimo celebrar nada asociado a la COVID-19, lo que ha ocurrido este año es que se ha acelerado la transición energética. “La crisis sanitaria nos ha forzado a movernos menos y eso nos ha dado la oportunidad de entender que hay otra forma de relacionarnos con el planeta diferente a la anterior”.
A lo largo de este año hemos vivido casi en un escenario de ciencia ficción, ciudades vacías y a la vez llenas de aire limpio, carreteras desérticas, una estampa de película superada por una nueva realidad “que nos ha demostrado que podemos y debemos habitar este planeta de forma más inteligente. Debemos producir energía más limpia, forzar la salida de los combustibles fósiles y a buscar energías más sostenibles”, explica Muñoz.
“Durante la pandemia hemos sido capaces de producir lo mismo moviéndonos menos”. Esto ha favorecido un gran impulso a la transición energética que ha aumentado la inversión y acelerado los proyectos de renovables”, asegura el Champion.


“Hemos aprendido una lección que nos debe llevar a plantearnos cuánta energía individual y colectiva vamos a poner en desplazarnos cuando se retomen todas las actividades. Habrá que acelerar avances en movilidad sostenible, peatonalización, ciclovías, y un uso más eficiente de la energía. Todo ello, unido al reacondicionamiento de edificios para hacerlos más eficientes será un motor de la economía mundial post-pandemia, encaminado a la reducción de la contaminación de los núcleos de población, vinculado con la salud respiratoria de los ciudadanos”, comenta.
Todos estos cambios que ha forzado la pandemia a lo largo de 2020 servirán como plataforma para 2021 acompañados de importantes lecciones que también ha de aprender el sector financiero.
”Y es que hemos comprobado que se han duplicado las compañías que contaban con buenas prácticas ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG), que además han mostrado una mejor evolución económica sin descuidar el impacto social y ambiental y a la vez, aportar al cumplimiento de los ODS”, explica.
En septiembre de 2019, el equipo de la presidencia de la COP25, decidió poner el foco en alcanzar la carbono neutralidad en 2050. Y con este espíritu nació la Alianza de Ambición Climática, liderada por Gonzalo Muñoz , para invitar a naciones, regiones subnacionales, ciudades, sociedad civil, empresas e inversores a comprometerse con ese objetivo específico.
«Las compañías con buenas prácticas ambientales han mostrado una mejor evolución económica»
En estos doce meses la Alianza «ha crecido de forma increíble», resalta orgulloso el Champion, y ya agrupa compromisos que representan al 54% del PIB global. Según sus cifras, 124 naciones, más de 500 ciudades, más de 1.500 empresas, entre ellas ocho de las diez mayores del mundo, Amazon, H&M, Zara, Colgate o Nestlé, 54 chilenas, como Aguas Andinas, Concha y Toro, PacificNut (del grupo Sutil) y TriCiclos y más de 5 billones de dólares en activos financieros están ya comprometidos con la neutralidad de emisiones para 2050 en línea con el Acuerdo de París, el gran pacto mundial por el clima de cuya firma se cumplirá este 12 de diciembre el quinto aniversario.
Gonzalo Muñoz explica que este gran logro se ha conseguido movilizando a los actores no estatales, con el apoyo de Nigel Topping, Champion de la COP26, que se celebrará en 2021 en Glasgow. Ambos vienen del ámbito privado y han contado con un equipo de 60 personas y la Alianza de Marraquech para seguir movilizando actores en una campaña internacional que llaman “Race to Zero”.
A la vista de los avances en el compromiso con el Acuerdo de París a doce años vista, Muñoz lo tiene claro: “2020 no se ha perdido, es un año ganado para la carbono neutralidad, que cerramos con el quinto aniversario del Acuerdo de París y la recuperación de EEUU y el compromiso de Biden de retornar a él”.
«La emergencia climática necesita esa colaboración pública-privada. Todos debemos movilizarnos colaborativamente, a través de las alianzas»
“Los actores no estatales recogieron el mensaje del Acuerdo de París en un loop de ambición, ellos lo han activado y ahora tenemos que elevarlo a las Naciones para que se refleje en las contribuciones nacionales sobre los compromisos para lograr las emisiones neutras y frenar el calentamiento global”, señala.
“Para nosotros- insiste Muñoz- la colaboración radical entre actores no estatales, tiene más sentido que nunca porque es urgente actuar ya y actuar con la máxima ambición. La emergencia climática necesita esa colaboración pública-privada, de todas las instituciones, del mundo empresarial, de las administraciones locales, autonómicas, de las universidades, todos debemos movilizarnos colaborativamente, a través de las alianzas, para sumarse al compromiso Race to Zero».
2021, el año de la resiliencia
No podía faltar el agua en nuestra conversación con Gonzalo Muñoz, un recurso más esencial que nunca durante la pandemia por su vinculación con la salud y la higiene. Y uno de los recursos que más impacto tendrá en el planeta con el cambio climático, en forma de escasez y desastres naturales que cada vez más provocan sequías e inundaciones en todo el planeta.
Así lo confirmó lo acaba de confirmar el informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) que señala que las emisiones que siguen calentando del planeta y causando la acidificación del agua del océano, el deshielo glaciar y polar, la subida del nivel del mar que afecta a miles de personas y territorios insulares y litorales, la pérdida de biodiversidad, así como el incremento de los fenómenos meteorológicos, cada vez más fuertes y con mayor potencia destructora.
Muñoz nos explica que de hecho el agua es uno de los nueve grandes ámbitos sectoriales que trabajan los ‘champions’. En una de las reuniones dedicadas a los recursos hídricos hace unas semanas analizaron la doble vertiente de los recursos hídricos, tanto en el uso/consumo como en la resiliencia.
En 2021 de hecho se pondrá en marcha la carrera hacia la resiliencia y la mitigación de los riesgos asociados al impacto del cambio climático sobre el agua, una iniciativa “Race to resilience” que también requiere de la suma de todos los agentes estatales y no estatales.
«Apostar por el uso sostenible de los recursos hídricos es uno de los ejes de las claves de la acción climática para el próximo año»
Para Muñoz, no solo se trata de garantizar el acceso agua potable en cantidad y calidad para avanzar en la lucha contra la pobreza, la desigualdad y su vinculación con la salud; sino en lograr que el saneamiento adecuado llegue a todo el mundo. Y no sólo garantizar la cobertura de ambos derechos, sino en hacerlo con modelos carbononeutrales, con mecanismos de recirculación, favoreciendo una normativa que cuide las fuentes, la eficiencia en los usos y la reutilización.
«Apostar por el uso sostenible de los recursos hídricos es uno de los ejes de las claves de la acción climática para el próximo año, que está ligada con la producción sostenible de alimentos en una apuesta clara por la agricultura de conservación», insiste.
Muñoz afirma que los sistemas de producción sostenibles, aquellos que dejan una menor huella de carbono y reducen la huella hídrica, deben ser puestos en valor por el conjunto de la sociedad.
Así que si 2020 nos ha enseñado a producir lo mismo reduciendo movimientos y consumo energético, en 2021 deberemos aprender a producir más con menos y a no dejar más huella que nuestros pasos hacia un futuro más respetuoso con el planeta.
