El impacto del cambio climático sobre los recursos hídricos, tanto en lo que se refiere a la cantidad como a la calidad ha puesto el foco normativo en el agua por el enorme retorno social que se deriva de su seguridad hídrica y alimentaria para el desarrollo de las personas, la economía y la naturaleza.
Esta evidencia obliga a poner sobre la mesa desarrollos técnicos, cada vez más orientados a la gestión de riesgos, a la alerta temprana y a facilitar la toma de decisiones ante posibles crisis para poder anticiparnos a ellas. Y es en esta necesidad de anticipación donde nuestra invitada, Adela Yáñez, directora de Innovación de Labaqua, sitúa la colaboración Universidad-empresa como un eje clave para abordar los retos reales que plantea el mercado, demanda la sociedad y la nueva coyuntura ambiental.
Para Yáñez, el agua es el centro de la gestión ambiental y cada vez gana más protagonismo por la tendencia a un mayor estrés hídrico que acompaña al cambio climático y el impacto en la calidad que esta menor disponibilidad de agua puede tener, tanto para la biodiversidad como para el consumo humano.
Por este motivo, explica la doctora Yáñez, toda nueva legislación del agua tiene como objetivo fomentar la reutilización y reducir el consumo. Además, el control de la calidad del agua y la mejora de la gestión del riesgo en todos los niveles es cada vez más crítico debido al creciente impacto ambiental.
Estas nuevas normativas poco a poco van incorporando la detección de nuevos contaminantes emergentes, cuya presencia en el medio ambiente puede ser perjudicial para el ser humano y ecosistemas. Las nuevas directivas sobre agua potable y reutilización del agua abren la puerta a nuevos parámetros microbiológicos y orgánicos emergentes, añade.
“La nueva legislación nos obliga a adelantarnos para gestionar riesgos y no crisis”
Empresas medioambientales como Labaqua, afirma Yáñez, tienen mucho que aportar en la búsqueda de nuevas herramientas analíticas que permitan una mejor detección, más rápida, más robusta y siempre con la calidad que caracteriza a los laboratorios acreditados.
“La urgencia en la industria ante normas como la nueva Directiva europea de Calidad es desarrollar métodos de diagnóstico rápido para agilizar la toma de decisiones de manera casi inmediata. Esta debe ser la prioridad para la adquisición de nuevas herramientas de diagnóstico y ese es nuestro objetivo”.
Para encontrar estas soluciones a los retos reales que plantea la gestión de los recursos hídricos Yáñez destaca el papel impulsor que tienen los doctorados industriales para aunar el talento y know-how de la Universidad con la capacidad técnica y el conocimiento de las necesidades del mercado que tiene la industria, en este caso un laboratorio puntero en el sector medioambiental como Labaqua, con capacidad de sacar productos ala mercado que ofrezca respuestas y faciliten la toma de decisiones.
Una fórmula de colaboración público-privada alineada con las directrices de la UE que instan a favorecer una ciencia y una investigación aplicada que ofrezca un retorno social como prioridad a la hora de financiar la investigación.
“Con estos doctorados industriales facilitamos la incorporación al mercado laboral del talento universitario y ponemos la investigación al servicio de la sociedad aportando respuestas a los retos reales a los que nos enfrentamos en un mercado cada vez más competitivo”, insiste.
Adela Yáñez se pone así misma como un ejemplo de las oportunidades que ofrecen los Doctorados Industriales. Ella disfrutó de una Beca MIT del Ministerio de Educación y Ciencia, las primeras becas que ofertó el Ministerio para fomentar la colaboración entra la universidad y la empresa, para la realización de su Tesis doctoral en una empresa, lo que le permitió aplicar los conocimientos adquiridos durante su doctorado en la Universidad a solucionar una necesidad no cubierta en la empresa y que generó un nuevo servicio producto. Doctora en Microbiología y Biología molecular aplicada al diagnóstico medioambiental, continuó su carrera profesional en la empresa y hoy dirige el área de Innovación de Labaqua, una empresa medioambiental y laboratorio de análisis , que ha apostado por la I+D+i a través del desarrollo de proyectos de investigación en procesos de innovación y de calidad.
«La envergadura de los retos que surgen en torno al agua nos obligan a anticipar soluciones ambientales de calidad que permitan una mejor toma de decisiones en un contexto medioambiental cada vez más exigente. Asimismo, es fundamental resaltar el aspecto social de nuestro trabajo: el impacto positivo en la vida de las personas tiene que ser una de nuestras prioridades».
En esta búsqueda de soluciones los Doctorados Industriales dan la oportunidad de canalizar el talento y obtener una masa laboral altamente cualificada para desarrollar productos innovadores dentro de las líneas estratégica definidas en las empresas.
Desde el año 2019, Labaqua participa, junto con la Fundación Aquae y la Universidad de Alicante, en un programa de becas de Doctorados Industriales, con el objetivo de apoyar a graduados que deseen orientar su formación hacia la realización de un Doctorado Industrial, en línea con los ODS, especialmente en temáticas relacionadas con en agua y lucha contra el cambio climático.
Actualmente se están desarrollando dos Doctorados muy orientados a la gestión del agua como son el desarrollo de herramientas de detección de microplásticos y su impacto, y el empleo de la genómica ambiental en el control y caracterización de biofilms en redes de distribución de agua potable.
Asimismo, este año 2022, Labaqua acogerá un tercer doctorado pionero centrado en el desarrollo de métodos de detección para nuevas moléculas orgánicas y materiales persistentes, explica Yáñez.
Uno de los retos medioambientales actuales: los microplásticos
El mencionado Doctorado Industrial en microplásticos genera mucha expectación, dado que se trata de unos de los retos medioambientales actuales más interesantes.
Con el apoyo de Interlab y Labaqua a través de la Fundación Aquae y bajo el título de “Detección y caracterización de los microplásticos: preocupación emergente en el ciclo integral del agua”, este doctorado industrial se ha centrado desde 2020 en estos plásticos de menos de 5mm, con tres objetivos: establecer una metodología estandarizada y científicamente validada para recoger y analizar datos; evaluar la eficacia de los tratamientos para su eliminación; y estudiar los efectos sobre el medio ambiente y la salud de los principales micro plásticos identificados.
Todo un desafío que está a punto de presentar resultados, teniendo en cuenta que el 94% de los cerca de 13 millones toneladas de plásticos que arrojamos cada año al mar, con consecuencias muy negativas para los ecosistemas, son micro plásticos (menos de 5 mm).
Se encuentra en la última fase de la que podría ser una de las primeras metodologías estándar para identificar y cuantificar micro plásticos de manera rápida, eficaz y económica en el agua.
El nuevo modelo, ya ha sido probado usando muestras reales, registrando un altísimo índice de fiabilidad.
Este estudio y sus conclusiones permitirán a los operadores del ciclo urbano del agua anticiparse a la legislación sobre microplásticos que se vaya implantando, mejorando así la eficacia de los tratamientos y depuración de aguas residuales.
El segundo de los mencionados Doctorados Industriales, también desarrollado con Labaqua y la Universidad de Alicante, a través de la Fundación Aquae, “el empleo de la genómica ambiental en el control y caracterización de biofilms en redes de distribución de agua potable”, se centra en estudiar la composición de biofilms (microorganismos que se adhieren a superficies vivas o inertes) en sistemas de distribución de agua potable.
El objetivo, ha sido utilizar técnicas de genómica ambiental para la caracterización de las poblaciones microbianas implicadas en la formación de los biofilms. Gracias a esta investigación podremos conocer cómo afectan estos microorganismos a la calidad del agua que bebemos y la existencia o no de especies resistentes a los tratamientos de desinfección, señala Yáñez, que explica que este último año se estudiarán las estrategias de prevención y/o eliminación de biofilms empleando “terapia fágica”, basada en la utilización de los virus para matar a las bacterias, como estrategia para acabar con estas películas de microorganismos sin necesidad de emplear sistemas de desinfección más agresivos.
Yáñez indica que este enfoque basado en genómica ambiental permite ir mucho más allá que las técnicas analíticas tradicionales y permite conocer todos los microorganismos, incluidos los patógenos existentes en una muestra lo que nos permitirá tener una mejor evaluación de riesgos y nos permitirá tener herramientas más robustas para la toma de decisiones.
Para este 2022, junto con la Universidad de Alicante, Labaqua participará en un tercer Doctorado Industrial en el sector del agua para abundar en métodos analíticos para la detección de nuevas moléculas antropogénicas de las que no se conoce todavía su proceso de descomposición en el medioambiente, como es el caso de los nanomateriales, ya que, como nos comentó Adela Yáñez al inicio, el principal reto de la gestión del agua es anticiparse a la contaminación emergente por nuevos compuestos que impactan en su procesos de degradación en la calidad de las masas de agua con riesgo tanto ambiental como sanitario.
Para Yáñez si queremos ir por delante de los riesgos de la nueva realidad climática y ambiental hace falta más inversión en proyectos de investigación aplicada al mercado, proyectos que, sin duda, tendrán un amplio retorno tanto ambiental como social .
