“Regando con agua regenerada cerramos el ciclo integral del agua en Elche”
Carlos González Serna
Alcalde de Elche
La ciudad alicantina de Elche, entre las 20 más pobladas de España, aspira a ser declarada capital verde europea, con un plan hasta 2030. El objetivo es crear “un municipio más verde donde se haga un uso más eficaz de los recursos”. Su alcalde explica este proyecto de regeneración urbana donde la gestión eficiente del agua es fundamental y que ya ha situado a Elche como líder de economía circular de los recursos hídricos en nuestro país
La ciudad de Elche, una de las 20 más pobladas de España, con más de 230.000 habitantes, aspira a ser capital verde europea de aquí a 2030. Para ello promueve una hoja de ruta para la transición ecológica, el proyecto Elx2030, que aspira a crear “un municipio más verde, en el que se proteja el medioambiente y se haga un uso más eficaz de los recursos”. En esta entrevista el regidor ilicitano, el socialista Carlos González Serna, explica las líneas maestras de este proyecto de regeneración urbana que tiene la gestión moderna y eficiente del agua como un elemento clave.
De hecho, una de las últimas iniciativas tiene que ver con el uso de agua regenerada de la EDAR gestionada por Aigües d’Elx, la empresa mixta constituida desde 2001 por el Ayuntamiento de Elche e Hidraqua, para regar el Palmeral de Elche, un entorno histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y otras áreas verdes de la localidad.
Se trata de ahorrar recursos, aportar agua de calidad para el riego y anticiparse a las consecuencias del cambio climático, haciendo la ciudad más resiliente. Como explica el alcalde, Elche ya es líder en circularidad del agua en España, y reutiliza el 100% del agua que consume su población.
Vista aérea del Palmeral de Elche, en Alicante, declarado Patrimonio de la Humanidad.
PREGUNTA.- Una de las iniciativas planteadas dentro del proyecto Elx2030 es usar agua regenerada de la EDAR que gestiona Aigües d’Elx para regar el histórico palmeral y otros parques urbanos. ¿Qué utilidad tiene emplear ese tipo de recursos reutilizados y cuál es la motivación?
RESPUESTA.- Hacer uso del agua regenerada supone dar un segundo uso a unos caudales que de otra forma requerirían aportes de otras procedencias; es decir, supone un claro ahorro de otros recursos en detrimento de otros usos que requieren de un agua de mejor calidad, como sería utilizar agua potable para el riego. Y más aún si tenemos en cuenta el estrés hídrico no sólo del Arco Mediterráneo sino del país en general, con un último año de déficits de lluvia como se puede observar en los bajos niveles de los pantanos y de los acuíferos.
Con el agua regenerada cerramos el ciclo integral del agua tras su depuración, devolviéndola al medio. Es una reutilización que cumple una doble función porque contribuye a fomentar la agricultura de proximidad, de calidad y al ahorro de recursos.
Hoy en día, en Elche ya se aprovecha el 100% del agua regenerada (más de 9 Hm3/año), posiblemente siendo de las pocas por no decir la única población española que alcanza dicho porcentaje. El 90% se emplea en el riego del Camp d’Elx y el 10% para la recarga del Paraje Natural Municipal del Clot de Galvany, con lo que se posibilita la vida en un rico ecosistema de fauna y flora mediterránea.
“Hoy en día, en Elche ya se aprovecha el 100% del agua regenerada”, asegura su alcalde
P.- ¿De qué modo puede contribuir una gestión moderna del agua en la ciudad a la recuperación de espacios públicos y la consecución de los ODS?
R.- El agua es elemental para recuperar espacios públicos, por ello es fundamental apostar por un modelo en la gestión hídrica municipal con capacidad de anticiparse y dar respuesta a las consecuencias del cambio climático, que contemple la evolución del tradicional ciclo integral del agua hacía un modelo de gestión sostenible de los recursos, favoreciendo la circularidad del agua.
En primer lugar, reduciendo la huella hídrica del municipio. Por ejemplo, en Elche hemos conseguido reducir en más de 15% el agua suministrada durante los últimos 20 años, desde los 17 Hm3 de agua en 2001 hasta los 14,5 Hm3 de la actualidad.
Un ahorro incluso atendiendo al crecimiento urbanístico y económico de Elche de los últimos años, que representa un aumento del 31% de nuevos suministros abastecidos. Este ahorro equivale al consumo anual de una ciudad mayor de 45.000 habitantes.
En segundo lugar, dándole al agua regenerada utilidad para su uso agrícola, urbano o ambiental. En este sentido, hemos presentado un proyecto para conseguir financiación de los fondos Next Generation que busca la renaturalización y revegetación de las zonas contiguas alrededor del río Vinalopó y también la conducción y aprovechamiento de dos hectómetros cúbicos de aguas regeneradas de la depuradora de Algorós.
Este caudal se emplearía para el riego de los huertos tradicionales de palmeras y zonas verdes. El empleo de agua regenerada implicaría el ahorro del uso agua potable para riego de jardines y también la mejora de la calidad de agua de riego para el palmeral.
Este proyecto es una forma de asegurar la viabilidad del mantenimiento de las zonas verdes y de los huertos Patrimonio de la Humanidad de Elche.
P.- Su modelo de gestión del agua y el objetivo de Elx2030 se perciben alineados con la Agenda 2030 de la ONU y el propio ODS6 dedicado al agua, ¿no es así?
R.- Con este modelo de gestión hídrica, Elche contribuye a la consecución de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ya que el agua tiene un protagonismo no solo del ODS 6 (Agua limpia y Saneamiento), sino también otros como los relativos al fin de la pobreza –con el fondo social y las tarifas sociales–, a las ciudades sostenibles, al cambio climático, la vida en los ecosistemas terrestres o el de alianzas para lograr objetivos, con la creación de la empresa mixta Aigües d’Elx con la que gestionar el ciclo integral del agua en el municipio.
Elche ha reducido en más del 15% el agua suministrada durante los últimos 20 años pese al crecimiento de población y actividad
Una imagen del palmeral de Elche con las plantas creciendo junto al agua. | FOTO: Leonid Andronov
P.- Actuaciones concretas, como la aportación de agua de la depuradora para el riego del palmeral, se insertan en un proyecto de largo plazo como es la capitalidad verde europea para 2030. ¿Qué activos tiene Elche y qué retos por delante para posicionarse entre el Top de las urbes de la UE?
R.- La transición ecológica es uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan las ciudades de todo el mundo. El Ayuntamiento de Elche, junto a la administración autonómica y local, somos conscientes de ello y estamos dando los pasos necesarios para hacer de la nuestra una urbe sostenible sin renunciar al progreso social y territorial.
Elx2030 es, además de la candidatura a Capitalidad Verde Europea, una serie de estrategias transversales que nos permitirá liderar esta adaptación medioambiental a nivel nacional y continental, siempre con la colaboración de la ciudadanía. Por ello, añadiría el reto histórico que ahora tenemos de gestionar los fondos Next Generation para invertirlos en aquellos proyectos que nos permitan tener una relación equilibrada con el entorno y así transformar Elche para siempre con políticas transversales.
“Las ciudades medianas han salido del letargo y se han posicionado como una alternativa entre el campo vaciado y las aglomeraciones urbanas inabarcables”
La transversalidad para nosotros significa que las políticas verdes marcan la hoja de ruta a seguir por el Gobierno municipal y sus concejalías de manera indirecta y directa, algo de lo que no todos los consistorios pueden presumir. Desde la utilización de vasos de cartón reciclados en las sesiones plenarias hasta las grandes obras de peatonalización que llevamos a cabo, pasando por implantación del contenedor marrón, las plataformas únicas, el sistema de alquiler de bicicletas, los carriles bici o la apuesta por la descarbonización con la adquisición de autobuses híbridos o en el futuro 100% eléctricos para el sistema de transporte público.
Por eso, uno los grandes activos de Elche al respecto es la determinación del Ayuntamiento con el inestimable apoyo de la Generalitat Valenciana y del Gobierno de España; y, por supuesto, la indispensable cooperación de los vecinos y vecinas de la ciudad. También destacaría como activo clave la configuración compacta del casco urbano o la diversidad de paisajes del término municipal –entre ellos el palmeral Patrimonio de la Humanidad por la Unesco–, que facilita y mucho el trabajo de educación y concienciación medioambiental.
“Estamos dando los pasos necesarios para hacer de Elche una urbe sostenible sin renunciar al progreso social y territorial”, afirma el regidor
Vista panorámica del palmeral de Elche donde se aprecia el verdor del huerto urbano frente a las secas colinas del entorno inmediato. | FOTO: Takashi
P.- ¿Cómo aborda el Ayuntamiento el uso de los espacios públicos tras la experiencia de la COVID-19? ¿Hemos ganado conciencia de lo que significa el espacio compartido y la planificación urbana para todo tipo de usos ciudadanos?
R.- En Elche convertimos la pandemia en una oportunidad para realizar un urbanismo de calidad y a la medida de la gente. Como adelantaba en la pregunta anterior, numerosas calles del centro las hemos convertido en plataformas únicas, vías donde los peatones tienen prioridad sobre los automóviles. Calles como Virgen de la Cabeza se han renovado para hacerlas más atractivas a los transeúntes y cómodas para el transporte público. Y qué decir de los carriles bici de la ciudad, que llegan a circunvalarla.
Pero, sin duda, las intervenciones de mayor calado por su simbolismo han sido la peatonalización del corazón y la arteria primigenia del casco urbano: la Plaça de Baix y la calle Corredora, retornada para el disfrute de los ilicitanos y las ilicitanas, quienes nos hemos reencontrado con unos lugares que siempre estuvieron ahí, pero que, desde el nacimiento de la automoción, habían sido relegados a calzada para coches. Además, se trataba de un área en decadencia comercial, que ahora vive un renacimiento gracias a los establecimientos de hostelería que están abriendo sus puertas. Y, en la misma zona, el proyecto de convertir el antiguo Mercado Central en un ágora cubierta otorgará una nueva dimensión a la relación de la ciudadanía con el espacio urbano.
“Tenemos el reto histórico de gestionar los fondos Next Generation para invertirlos en una relación equilibrada con el entorno”, asegura Carlos González Serna
Introducción de la planta ‘Ceratophyllum submersum’ en el Clot de Galvany, en Elche.
P.- ¿Qué papel tienen las ciudades de tamaño medio como Elche en la reflexión global sobre el urbanismo? ¿Son las ciudades de esta dimensión una salida al mundo actual de megaurbes impracticables y de vacío rural? ¿Es la ciudad mediana la medida adecuada para lidiar con estas tensiones del desarrollo urbano?
R.- A nivel nacional como internacional, la modernización de las infraestructuras de transportes primero, y el desarrollo de las nuevas tecnologías después, han sacado del letargo a las ciudades medianas y posicionado como una alternativa entre el campo y las aglomeraciones urbanas inabarcables.
Hablar de localidades del tamaño y la demografía de Elche es hacerlo de comodidad y calidad de vida, donde implantar alternativas que ayuden a incrementar la felicidad de los vecinos y vecinas mediante soluciones útiles en consonancia a sus inquietudes, lo que se traduce en un urbanismo amable, al servicio de la calidad de vida de las personas y de nuestro entorno.
“En Elche convertimos la pandemia en una oportunidad para realizar un urbanismo de calidad y a la medida de la gente”
Es por ello que poblaciones como Elche, que combina como ninguna campo, ciudad y costa, con sus nueves kilómetros de playas, parajes naturales, un sector agrícola del que surgen productos de primera, un aeropuerto internacional, comunicaciones ferroviarias de alta velocidad, tres universidades, un potente sector industrial y enclaves de referencia como Elche Parque Empresarial o el Campus Tecnológico, se erigen como opciones altamente válidas para el desarrollo personal y de emprendimiento de proyectos de envergadura.
En definitiva, las ciudades medianas presentan las ventajas de pequeñas poblaciones y de las megaurbes sin ninguno de sus inconvenientes.