Cristina Sánchez es directora ejecutiva de la Red Española del Pacto Mundial, a la que se incorporó en 2007, siendo responsable de la planificación estratégica, coordinación de proyectos y financiación de la organización. Lidera una red como la española que es la red local con mayor número de firmantes del Pacto Mundial de las Naciones Unidas.
Su motivación, tejer alianzas y movilizar al ámbito empresarial para hacer realidad los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Hablamos con ella sobre los ODS cuando solo queda una década para cumplir con la Agenda 2030 y después de un año de pandemia que ha provocado el atraso en el cumplimiento de algunos de ellos en el mundo, pero también ha estimulado la convicción de que es necesaria una reconstrucción verde tras el virus.
PREGUNTA.- ¿Qué papel tienen las empresas en la consecución de los ODS?
RESPUESTA.- Las empresas tienen un papel clave. Por un lado, en qué pueden aportar y en segundo lugar, cómo pueden y deben basarse en los ODS para encontrar oportunidades de negocio. Podemos resumir el papel de las empresas a favor del logro de la Agenda 2030 en tres áreas: financiación, transformación e influencia.
En primer lugar, y este es el enfoque que se ha dado de un modo más tradicional, las empresas, como motores de la economía mundial, tienen la responsabilidad de dirigir fondos a cubrir las necesidades globales tanto de la sociedad como del planeta y tienen la oportunidad de obtener beneficios orientando sus esfuerzos a negocios que favorezcan el desarrollo sostenible. Según nuestro paper Finanzas Sostenibles y Agenda 2030: Invertir en la transformación del mundo se necesita movilizar entre dos y cuatro billones de dólares anuales durante los próximos 10 años para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Una cifra que, por su magnitud, no puede ser tan sólo asumida por las administraciones públicas y necesita del apoyo del tejido empresarial, que deberá ver en esta inversión una oportunidad de negocio y una apuesta por su supervivencia en el futuro.
Por otro lado, tienen un gran poder de transformación de la economía global. Con los recursos a su alcance y la innovación de la mano, son capaces de transformar el modelo económico actual en un nuevo modelo más sostenible y resiliente, preparado para los desafíos que nos plantea la Agenda 2030, como el acuciante cambio climático.
Por último, los líderes empresariales tienen una gran capacidad de influencia para hacer llegar el mensaje de la Agenda 2030 al grueso de la sociedad. Tenemos que tener en cuenta que tanto las empresas como sus grupos de interés están formadas por personas que, a su vez, forman parte de la sociedad, se relacionan con su entorno y consumen, con el consiguiente impacto que sus hábitos conllevan. Para tomar conciencia de la importancia de este hecho, tan solo basta con pararse a reflexionar un segundo los datos: solo en España hay alrededor de 2.860.755 empresas que emplean a 15.532.951 personas, lo que supone alrededor de un tercio de la población total del país. Si los casi 3 millones de empresas invirtieran en modelos más sostenibles y sus empleados se comprometieran con los ODS, conseguiríamos entonces el impulso que necesitamos para acelerar la consecución de la Agenda 2030 y conseguir una reconstrucción hacia un mundo mejor.
«Se necesita movilizar entre dos y cuatro billones de dólares anuales durante los próximos 10 años para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible»


P.- Queda una década para 2030, el plazo fijado para cumplir los Objetivos de Desarrollo de la ONU. ¿Cómo podemos avanzar hacia ellos desde el ámbito empresarial?
R.- Transformar la economía y los mercados para que sean sostenibles, sin dejar a nadie atrás, es una finalidad que persigue la Agenda 2030. Esto sólo podemos conseguirlo cambiando el modo en que las empresas hacen y entienden los negocios.
Para ello, la clave será la integración de los ODS en el seno de la estrategia empresarial. En este sentido, podemos afirmar que durante los últimos cinco años hemos registrado avances importantes: los ODS han dejado de ser relegados a los departamentos de RSE o medioambiente para escalar hasta la alta dirección. De acuerdo con nuestra última encuesta a 411 directores/as de área de 161 entidades españolas, ya el 66% de los encuestados lo ha incluido dentro de la estrategia de negocio.
Sin embargo, a diez años de que se cumpla el deadline de la Agenda 2030, este porcentaje resulta aún insuficiente. Si queremos alcanzar las metas fijadas necesitamos que el todo el conjunto del tejido empresarial deje a un lado lo que llamamos el “business as usual” para convertirse en “empresas de futuro”, es decir, negocios sostenibles, respetuosos con las personas y el planeta.
El Pacto Mundial de Naciones Unidas tiene un nuevo marco muy preciso para trabajar esta ambición necesaria que se llama SDG Ambition. Se puede resumir en tres pilares, que conllevan acciones específicas: anclar la ambición en la estrategia y la gobernanza para alinear a toda la empresa; profundizar la integración de los ODS en el conjunto de las operaciones, no solo en los departamentos de sostenibilidad, y reforzar el compromiso con los grupos de interés.
«Podemos resumir el papel de las empresas a favor del logro de la Agenda 2030 en tres áreas: financiación, transformación e influencia»
P.- ¿Cómo se puede conseguir que las empresas avancen en los ODS? ¿Bastan las declaraciones de compromiso o hay que fijar compromisos cuantitativos?
R.- Para que las empresas avancen en los ODS es imprescindible que establezcan unos objetivos cuantitativos que les marquen el camino a seguir y les ayuden a medir su progreso.
Y es que, si bien es cierto que cada vez más empresas se comprometen con los ODS, existe un amplio margen de mejora entre el compromiso y la implementación. En este aspecto, las empresas suelen disponer de políticas relacionadas con el desarrollo sostenible, pero no de medidas para ponerlas en práctica. Por ejemplo, según nuestro último ejercicio, un 50% de las empresas consultadas dispone de políticas de medioambiente, pero solo un 28% mide sus emisiones de CO2; o si hablamos del ámbito de anticorrupción, un 53% dispone de un código ético, pero solo el 25% dispone de canales de denuncias.
Para cumplir con los ODS es clave que este paso del compromiso a la acción se produzca de una manera ambiciosa. Han pasado cinco años desde la aprobación de la Agenda 2030 y ni a nivel global ni a nivel nacional estamos en una buena posición para cumplir con las metas marcadas. Es por ello precisamente por lo que el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, declaró el próximo decenio como la Década de Acción en ODS, con el objetivo de aumentar la ambición y la acción de todos los actores en el desarrollo sostenible. Los compromisos empresariales en este sentido son una clave.
P.- España es uno de los países que más empresas tiene adheridas en el UN Global Compact. ¿Cómo integran las empresas españolas los ODS en su actividad y su estrategia?
R.- En efecto, la Red Española, es, desde su creación, una de las primeras plataformas nacionales del Pacto Mundial y la red local con mayor número de firmantes: actualmente contamos en España con más de 1.800 entidades de toda naturaleza, tamaño y sector. Su modelo de gestión y su estructura organizativa es de los más avanzados del Pacto Mundial y también es una destacada red local por el tipo de actividades y herramientas creadas para fomentar la implantación de los Diez Principios del Pacto Mundial y sensibilizar al sector privado para su contribución a los Objetivos Globales que marca la ONU.
Podemos afirmar que la implicación de las empresas españolas con la sostenibilidad está aumentando progresivamente. Éstas se encuentran cada vez más concienciadas y dispuestas a dar un paso al frente, como lo demuestra el hecho de que más del 85% está ya emprendiendo acciones para contribuir a este marco de Naciones Unidas según la Consulta Empresarial en ODS que hemos realizado para la Vicepresidencia Segunda del Gobierno.
Respecto a las acciones específicas que reflejan cómo se está integrando el tejido empresarial español este marco de la sostenibilidad, destacan principalmente: la identificación de los ODS prioritarios, llevada a cabo por un 48% de las empresas encuestadas, el desarrollo de productos o servicios que contribuyen a los ODS (42%), la realización de proyectos de acción social alineados con los ODS (37%) y las alianzas con otros actores para realizar proyectos de contribución a los ODS (27%).
«Los ODS han dejado de ser relegados a los departamentos de RSE o medioambiente para escalar hasta la alta dirección»
P.- Cuando se observan retos como el cambio climático o la pérdida de biodiversidad, hay cierta tendencia a caer en el catastrofismo, a pensar que no será posible evitar un colapso ambiental. ¿Hay motivos para ser optimistas?
R.- Sí, aún hay margen para la esperanza. De hecho, según el último Informe sobre la Brecha de Emisiones 2020 del Programa de Naciones Unidas para el Medioambiente, las políticas adecuadas podrían reducir hasta 25% las emisiones previstas para 2030 y situarnos a niveles congruentes con el objetivo de 2°C del Acuerdo de París. Esto quiere decir que estamos a tiempo y que la reconstrucción post COVID-19 será clave para conseguirlo.
Como ya ha ocurrido en otros momentos de la historia reciente, por ejemplo, tras la catástrofe que fue la segunda guerra mundial, ahora también es posible una nueva etapa de progreso que llegue al conjunto de la sociedad, si aplicamos los avances tecnológicos (TIC, biotecnología, robótica, IA, nano tecnología, etc.), a frenar el cambio climático y hacer realidad los ODS.
Y en este sentido, me gustaría mandar un mensaje de optimismo a todo el conjunto de la sociedad y en especial a la comunidad empresarial. Nos enfrentamos a retos mayúsculos sí, pero eso no quiere decir que sean imposibles. No es el momento de rendirse, sino de luchar, de apostar por la ciencia y, sobre todo, de aumentar la ambición. Solo así podremos llegar a la meta: el mundo que queremos.
«Es posible una nueva etapa de progreso que llegue al conjunto de la sociedad, si aplicamos los avances tecnológicos, a frenar el cambio climático y hacer realidad los ODS»
P.- ¿Cómo está España en cumplimiento y avance de los ODS? ¿En cuáles destacamos y en cuáles debemos mejorar todavía?
R.- A pesar de que la Agenda 2030 ha cobrado una especial relevancia a lo largo de estos cinco años en España, tanto a nivel nacional como global, aún estamos lejos de conseguir las metas marcadas en los 17 ODS. Y es que, en 2020, en lugar de acelerarse la acción sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible se ha producido un estancamiento y retroceso en algunas áreas debido a la irrupción de la pandemia de la COVID-19, como es el caso del ODS 1: Fin de la pobreza.
Es por ello que, ahora más que nunca, los esfuerzos de todos los actores son imprescindibles. En este aspecto, los ámbitos donde las empresas españolas están más avanzadas son el ODS 5 Igualdad de género, a través de medidas como planes de igualdad (47%), el ODS 8 en relación a las políticas de conciliación laboral y flexibilidad horaria (62%), o el ODS 13, donde despunta la medición de huella de carbono llevada a cabo por un 63% de las grandes empresas. Como áreas pendientes, se encuentran los Objetivos relativos a Vida submarina (Objetivo 14) y Hambre cero (Objetivo 2), ambos percibidos por las empresas como objetivos fuertemente sectoriales.
P.- Para nuestro diario, el ODS6 es el eje principal de nuestros contenidos. ¿Cómo estamos a nivel mundial en la consecución del agua y saneamiento para todos?
R.- Los avances en este ODS, al igual que en los otros 16, nos dejan un sabor agridulce. Si bien se han registrado algunos progresos, aún 2.200 millones de personas en todo el mundo siguen sin tener acceso a servicios de agua y 4.200 millones tampoco disponen de servicios de saneamiento gestionados de manera segura.
Tampoco encontramos buenos resultados en las fuentes de abastecimiento: según el informe de Naciones Unidas sobre el estado de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el estrés hídrico podría hacer desplazarse a más de 700 millones de personas en el mundo para 2030.
Desde Pacto Mundial somos conscientes de que estos desafíos mundiales en materia de agua, como la escasez de agua y la contaminación, están teniendo un impacto cada vez más negativo el planeta y en la sociedad y transmitimos esta preocupación a nuestras empresas haciéndoles ver también los riesgos que supone para sus negocios.
Ahora más que nunca, las empresas necesitan evaluar su rendimiento hídrico y las cuencas en las que operan para poder afrontar estos retos y, en última instancia, mantenerse en el mercado. Es por ello que la iniciativa a nivel internacional cuenta con una línea específica en el ODS 6 a través del programa CEO Water Mandate que ayuda a los socios del Pacto Mundial a desarrollar, implementar y divulgar sus políticas y prácticas de sostenibilidad del agua, promoviendo también el trabajo multistakeholder.
De este modo, desde Pacto Mundial pretendemos que el ODS 6 pase de ser uno de los objetivos menos trabajados, pues actualmente se encuentra en el puesto 11 de 17, pase a ser un 0bjetivo fundamental para todas las compañías españolas, no sólo las del sector de utilidades.
«Se requieren ideas y soluciones realmente innovadoras que sean capaces de cambiar las reglas del juego»
P.- ¿Cree que los ciudadanos valoramos realmente el lujo que es disponer de agua potable y de saneamiento? ¿Hemos perdido cierta conciencia de lo que supone en aquellos sitios donde no se dispone de este servicio?
R.- Como Pacto Mundial no disponemos de datos que apoyen esta tesis, pero el ODS 6 no es uno de los más prioritarios para las empresas españolas y lo cierto es que nuestro país tiene unos riesgos objetivos muy concretos relacionados con la desertificación que deberían hacernos ser más conscientes de qué políticas adoptar y qué modelos de producción hay que implementar. La colaboración de todos los agentes, en este punto también de los ciudadanos individuales, es clave para valorar nuestros recursos y hacer un uso eficiente de ellos.
«Los desafíos mundiales en materia de agua, como la escasez y la contaminación, están teniendo un impacto cada vez más negativo el planeta y en la sociedad»
P.- A nivel de percepción social, ¿cree que hay un conocimiento extendido entre los ciudadanos sobre los ODS y su importancia?
R.- El conocimiento a nivel general de los ODS es todavía bastante reducido. De hecho, según los datos que nos proporciona el CIS, tan solo un 29% de los ciudadanos preguntados conocen la Agenda 2030. Pero esto no significa necesariamente que no estén concienciados con la importancia de las temáticas tratadas en este marco del desarrollo sostenible, sino que no utilizan este marco internacional para nombrarlas. Si le preguntamos a un ciudadano de a pie sobre la importancia de la Agenda 2030 probablemente no sepa muy bien de qué estamos hablando, pero si le preguntamos sobre la necesidad de hacer frente a las desigualdades, al cambio climático o a restructurar el sistema económico para construir uno más sostenible, la cosa cambia.
Por ilustrar esta reflexión, los datos de la encuesta Have your say. Shape your future realizada por UN Global Compact con motivo del 75 aniversario de las Naciones Unidas desvelan que a los españoles les gustaría que el mundo en 2045 “estuviera construido sobre sistemas de consumo y producción sostenibles y priorizase la protección de los ecosistemas y un mayor respeto por los derechos humanos».
Estos tres aspectos mencionados por los encuestados son los ejes de la Agenda 2030, lo que demuestra que sí existe una alta concienciación sobre las temáticas de la misma. Ahora, por parte de las administraciones públicas, las empresas y las instituciones que trabajamos por el desarrollo sostenible, tenemos que ayudarles a hacer esa asociación con los ODS para trabajar en metas concretas junto a los demás actores. Las empresas en concreto tienen una gran capacidad de altavoz entre todos sus grupos de interés, clientes, empleados, proveedores… que hay que aprovechar.
«Las empresas tienen una gran capacidad de altavoz entre todos sus grupos de interés, clientes, empleados, proveedores… que hay que aprovechar»
P.- ¿Qué papel tiene la innovación en los ODS? ¿Deberíamos destinar más recursos a la I+D+i?
R.- La innovación es un aliado imprescindible para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y, de hecho, ha sido señalada por Naciones Unidas como una de las palancas principales para acelerar el ritmo de consecución de los ODS. Ésta ofrece un gran potencial para acelerar su cumplimiento y reducir el coste de sus procesos de implementación y eso es precisamente lo que necesitamos y reclama la Década de Acción en ODS. En concreto, los avances tecnológicos y las iniciativas innovadoras pueden contribuir a reducir la pobreza y el hambre o crear nuevos puestos de trabajo, entre otros beneficios, y su impacto ya se puede observar en su apoyo al acceso democratizado y descentralizado a la energía, las finanzas y la educación.
Por lo tanto, sí, deberíamos de destinar más recursos al ODS 9 ya que, ahora más que nunca, se requieren ideas y soluciones realmente innovadoras que sean capaces de cambiar las reglas del juego: acuerdos globales entre gobiernos y empresas, iniciativas sectoriales entre compañías, tecnologías que hagan posible lo imposible o inversiones sostenibles con un verdadero impacto sobre los ODS.
«Pedimos siempre la creación de espacios público-privados en todos los niveles que integren el trabajo y la visión de agentes públicos, privados y de la sociedad civil»
P.- ¿Qué importancia tiene el ODS17 de Alianzas? ¿Hemos hecho avances en él? ¿Hay que entender el ODS17 como la búsqueda de alianzas entre países y una gobernanza internacional o es también un intento de integrar entre sí a todos los actores sociales?
R.- El ODS 17 es un Objetivo clave para la consecución de la Agenda 2030 debido a su transversalidad y poder catalizador y hay que entender las alianzas como un medio de trabajar de forma holística, desde las esferas internacionales hasta los espacios locales.
Este es imprescindible para hacer realidad las metas planteadas por dos motivos: por un lado, porque aborda la financiación, un punto clave para hacer frente a los ODS; por otro lado, porque la unión entre gobiernos, empresas y sociedad civil, sin duda, hace la fuerza. Mediante la cooperación internacional y la colaboración intersectorial podemos conseguir avanzar de una forma más eficaz y rápida en la consecución de los ODS, aprovechando el intercambio de experiencias, conocimientos, herramientas y capacidades conjuntas.
Los avances en este objetivo son bastante positivos y se miden globalmente en lo que han aumentado los flujos netos de ayuda oficial al desarrollo que se cifraron en 147.000 millones de dólares en 2019, casi el mismo nivel de 2018, pero con un aumento de la proporción destinada a los países más necesitados; y también en plano tecnológico, en el que más de la mitad de la población mundial está ahora conectada en línea y las suscripciones a la banda ancha fija no dejan de crecer. A pesar de estos buenos resultados, no debemos olvidar que el déficit de la Agenda 2030 aún es muy amplio y que el ODS 17 todavía no está entre los más trabajados por las organizaciones españolas.
«Por primera vez, todos dirigimos nuestros esfuerzos hacia una misma meta, o, mejor dicho, 169 metas comunes que son las recogidas en los 17 ODS»
Por ello, me gustaría hacer hincapié en que uno de los aspectos más positivos de la Agenda 2030 es que nos ofrece un marco común, intersectorial y global, en el que trabajar para lograr el mundo que queremos. Por primera vez, todos dirigimos nuestros esfuerzos hacia una misma meta, o, mejor dicho, 169 metas comunes que son las recogidas en los 17 ODS. En este sentido, no podemos desaprovechar las oportunidades que nos brinda el trabajo conjunto actuando individualmente, algo que aún debe calar más en el sector empresarial.
Como Pacto Mundial, pedimos siempre la creación de espacios público-privados en todos los niveles que integren el trabajo y la visión de agentes públicos, privados y de la sociedad civil para alcanzar soluciones. Es el único camino para optimizar esfuerzos y potenciar las acciones.
