"El agua es un aliciente e impulsor de los doctorados industriales"

«El agua es un aliciente e impulsor de los doctorados industriales»

Juan Mora

Vicerrector de Investigación de la Universidad de Alicante

Juan Mora, vicerrector de investigación de la Universidad de Alicante, ve en los Doctorados Industriales una oportunidad para poner la investigación al servicio de la sociedad y el agua es un elemento incentivador para esta vocación universitaria y empresarial


El Ágora
Madrid | 24 febrero, 2022

Tiempo de lectura: 8 min



Catedrático de Química Analítica y hoy Vicerrector de investigación de la Universidad de Alicante, Juan Mora, ve en la investigación en torno al agua un verdadero motivador y gran aliciente para muchos de los alumnos que quieren desarrollar su investigación universitaria, por el retorno social y ambiental inmediato que tiene el recurso hídrico.

Mora, ha querido compartir con El Ágora la gran relevancia académica, empresarial y social que tienen los Doctorados Industriales, la mayor categoría del doctorado, antes sólo valorado a nivel académico y cada vez más en la empresa por su aportación al tejido productivo.

Este binomio Universidad-Empresa es un acicate para sacar la ciencia y la innovación de los laboratorios y las aulas y ponerlas al servicio de la sociedad, que «es donde nuestra función académica tiene su verdadero sentido», afirma Mora.

De hecho, explica, en la Universidad de Alicante tenemos tres objetivos, la docencia, la investigación y la trasferencia de conocimiento. La investigación deja de tener sentido si no se amplía el conocimiento y se aplica al bienestar social, para que nuestra investigación tenga un retorno a la sociedad, algo que conseguimos en esta colaboración con las empresas a través de los doctorados industriales.

“Los doctorados industriales pretenden promover la incorporación de talento en el tejido productivo para elevar la competitividad del mismo

Para Juan Mora, hay que retrotraerse a 2011, año en que se reguló por Decreto el Doctorado Industrial, y por primera vez, se puso en valor esta colaboración con empresas «como una manera de trasferir conocimientos mediante proyectos de interés en innovación y mejora del conocimiento que, además, permiten poner en valor en valor el título de Doctor reconociendo su función específica y su aportación a las empresas».

Hasta ese momento, «el doctorado tenía valor en la Universidad, pero se desconocía su aportación a las empresas, para qué puede ser útil incorporar doctores y qué les aporta la investigación. En definitiva, su papel para promover la incorporación de talento en el tejido productivo para elevar la competitividad del mismo».

En esta relación lo que aportan las empresas son las necesidades de innovación, los desarrollos tecnológicos que permiten mejorar su capacidad de liderazgo y la Universidad aporta el conocimiento, el talento y el know how para la mejora del tejido productivo.

«En la Universidad de Alicante (UA) fuimos pioneros y desde 2016 pusimos en marcha un primer piloto para incorporar doctorandos en proyectos de interés para la empresa. No ha sido fácil implantarlos, pero hoy hay más de doce doctorandos en colaboración con diferentes empresas financiados por la Universidad y este año 2022 tenemos vía de financiación para 15 nuevos doctorandos industriales, una cifra que consolida esta figura».

Juan Mora hace hincapié en la necesidad de divulgar los resultados de todos estos doctorandos industriales para generar un clima de confianza entre la Universidad y la Empresa, «que vean en la investigación aplicada una mejora para la vida de las personas».

Tras esta pandemia, insiste Mora, en la que la sociedad ha visto como las respuestas venían de la mano de la ciencia, se ha evidenciado que, aunque en un laboratorio de investigación se desarrolle una vacuna, si no hay detrás una administración o una empresa que potencie esa investigación para que llegue a la ciudadanía el avance no es real, no tiene retorno social.

Hasta ahora el perfil de las empresas que confían en estos Doctorados Industriales, nos explica el profesor Juan Mora, «son de base tecnológica y empresas con las que ya hay tradición de colaboración en investigaciones conjuntas, especialmente Labaqua y el Instituto Tecnológico del Calzado dos de los sectores, agua y calzado, arraigados en el territorio y con los que más doctorandos salen adelante». Y, desde luego los retos preferidos por los doctorandos para buscar respuestas son los tecnológicos y los ambientales.

«El agua es un elemento definitivo, un aliciente e impulsor de vocaciones industriales por el inmediato retorno social y ambiental»

En este sentido,» como químico analítico, el agua es un elemento definitivo, un aliciente e impulsor de vocaciones industriales por el retorno inmediato que tiene, tanto a nivel social, mejorando la vida de las personas, como ambiental».

Muchos de los retos inmediatos relacionados con el agua afectan a las nuevas directivas de calidad y reutilización» para las que será esencial avanzar en técnicas de análisis de control de las aguas y en la medida en que seamos capaces de ofrecer la capacidad de detección a menores niveles de concentración de patógenos más podremos avanzar en calidad, tanto de las aguas para consumo como en la de las regeneradas para su reutilización con todas las garantías».

«Además, los proyectos y desarrollos de doctorados industriales en el sector del agua, añade Mora, nos alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que para la Universidad son un eje vertebrador de nuestra actividad docente e investigadora».

Tres doctorados industriales sobre contaminantes emergentes en el agua

En lo que respecta al ciclo del agua, «de los doce Doctorados Industriales que desarrollamos en la Universidad de Alicante hay dos, en colaboración con Labaqua casi a punto de finalizar y un tercero que tenemos previsto poner en marcha ahora en 2022″, los tres muy relacionados con problemas reales que afectan al recurso como son los microplásticos y los biofilms como contaminantes emergentes, una de las principales preocupaciones ambientales por su elevado impacto».

Débora Sorolla, en el laboratorio. | Foto: Fundación Aquae

Con el apoyo de Interlab y Labaqua a través de la Fundación Aquae y bajo el título de “Detección y caracterización de los microplásticos: preocupación emergente en el ciclo integral del agua”, este doctorado industrial se ha centrado desde 2020 en estos plásticos de menos de 5mm, con tres objetivos: establecer una metodología estandarizada y científicamente validada para recoger y analizar datos; evaluar la eficacia de los tratamientos para su eliminación; y estudiar los efectos sobre el medio ambiente y la salud de los principales microplásticos identificados.

Todo un desafío que está a punto de presentar resultados, teniendo en cuenta que el 94% de los cerca de 13 millones toneladas de plásticos que arrojamos cada año al mar, con consecuencias muy negativas para los ecosistemas, son microplásticos (menos de 5 mm).

Se encuentra en la última fase de la que podría ser una de las primeras metodologías estándar para identificar y cuantificar microplásticos de manera rápida, eficaz y económica en el agua.

El nuevo modelo, que ha comparado y mejorado distintas variables de diversas metodologías en uso, así como unificado criterios y unidades de medición, ya ha sido probado usando muestras reales, registrando un altísimo índice de fiabilidad y está casi listo para iniciar un gran muestreo a nivel nacional que permitirá medir a eficacia de las estaciones de tratamiento y depuración de aguas residuales (ETAP y EDAR) en la eliminación de microplásticos.

Este estudio y sus conclusiones permitirán a los operadores del ciclo urbano del agua tomar la delantera a la legislación que sobre microplásticos se vaya implantando, en tanto que contaminante emergente., reforzando la posición de liderazgo de las empresas del sector.

Valentin Gangloff, doctorando en Metagenómica, en el laboratorio. | Foto: Fundación Aquae

Otro de los Doctorados Industriales que destaca Juan Mora, también desarrollado con Labaqua a través de la Fundación Aquae es de Metagenómica, que durante tres años ha estudiado la composición de biofilms (microorganismos que se adhieren a superficies vivas o inertes) en sistemas de distribución de agua potable.

El objetivo, estando ya cerca de su finalización, ha sido utilizar técnicas de metagenómica para analizar microorganismos que no se detectan mediante ensayos tradicionales de microbiología basada en el cultivo. Además, de analizar la respuesta de los biofilms, ante diferentes tratamientos, explorando alternativas de desinfección más biosostenibles.

Gracias a esta investigación podremos saber cómo afectan estos microorganismos a la calidad del agua que bebemos, señala el profesor Mora, que explica que este último año se estudiarán las estrategias de prevención y/o eliminación de biofilms y se explorará la “terapia fágica”, basada en utilizar virus para matar bacterias, como estrategia para acabar estos microorganismos que pueden llegar a ser perjudiciales para la salud.

Para este 2022, nos anuncia Mora, «tenemos previsto iniciar un tercer Doctorado Industrial en el sector del agua para abundar en métodos analíticos para la detección de microplásticos en aguas».

«Iniciativas como estos doctorados ponen en valor la colaboración público-privada entre la Universidad y las empresas, pero hay que mejorar aún más las relaciones, trabajar la confianza mutua y aprovechar esos fondos públicos que impulsan la investigación para ponerla al servicio del conjunto de la sociedad», insiste el vicerrector de investigación de la UA.

¿Qué es un doctorado industrial?

Un doctorado industrial es una oportunidad para muchos universitarios de continuar investigando. Lo característico de estos doctorados es que la mayor parte de su desarrollo se realiza en una empresa especializada en el ámbito del estudio.

Realizar un doctorado es un verdadero desafío para muchos estudiantes, pero también una oportunidad para crecer de forma profesional en el ámbito de la investigación aplicada al mundo empresarial. Su culminación supone lograr el título universitario más alto que se puede obtener.

Un doctorado industrial no deja de ser un doctorado “al uso”, es decir, una investigación de alto nivel en torno a un tema específico. Sin embargo, los doctorados industriales cuentan con alguna peculiaridad que los diferencian del resto.

La primera de ellas es que los doctorados industriales tienen una clara vocación (orientación) empresarial. Y es que su desarrollo se da gracias a la colaboración entre empresas y universidades. Un vínculo que permite que el doctorando aprenda e investigue sobre un tema, involucrándose en la práctica cotidiana de la empresa en donde se desarrolla la mayor parte de la investigación.

Mientras que la Universidad da el soporte de base científica – necesaria para orientar el trabajo – y lidera todo lo referente a la publicación en revistas de alto impacto científico, así como la asistencia a congresos y seminarios donde presentar los trabajos desarrollados por el doctorando.

La propia compañía es quien define las líneas estratégicas del doctorado, que, con la ayuda de la Universidad, se ponen en marcha. De esta forma, uno de los principales objetivos de estos doctorados es la formación de investigadores en el seno de una empresa ligada a la rama de conocimiento en las que se centra la tesis.

Los requisitos para realizar este tipo de estudios vienen regulados en el Real Decreto 195/2018 de 13 de mayo que modifica el Real Decreto 99/2011, de 28 de enero, por el que se regulan las enseñanzas oficiales de Doctorado.

¿Qué requisitos debe cumplir el doctorado para que sea industrial?

No todos los doctorados son industriales, por lo deben darse una serie de circunstancias como la existencia de un contrato laboral o mercantil con el doctorando. Este se deberá realizar por parte de la empresa del sector público o privado que acoja al investigador.

El doctorando deberá participar en un proyecto de investigación industrial o de desarrollo experimental que se implemente en la propia empresa.

El proyecto de investigación industrial, o de desarrollo experimental, en el que participe el doctorando debe tener relación directa con la tesis que realiza. Una cuestión que deberá quedar acreditada en una memoria que aprobará la Universidad.

El doctorando tendrá un tutor de tesis designado por la Universidad y un responsable designado por la empresa que podrá ostentar la dirección de la tesis.

Los doctorados industriales están ganando cada vez más protagonismo en los programas formativos de las universidades. Este tipo de investigaciones han surgido como respuesta a una de las críticas recurrentes que se vienen dando en el ámbito universitario, y que guarda relación con el desfase educacional entre el contenido que se imparte en la Universidad y la realidad empresarial.


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