Lenore Fahrig: "Hay que ser menos arrogantes con la naturaleza"

Lenore Fahrig: «Conectar pequeños espacios es crucial para proteger la biodiversidad»

Lenore Fahrig

Bióloga y Premio Fundación BBVA de Ecología

La bióloga canadiense Lenore Fahrig, ganadora del Premio BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Ecología, estudia el impacto de la fragmentación de los hábitats sobre la biodiversidad. Aboga por conectar pequeños espacios naturales por medio corredores ecológicos


El Ágora
Madrid | 1 julio, 2022

Tiempo de lectura: 5 min



El principal motivo de la alarmante pérdida de biodiversidad es la expansión de la actividad humana en hábitats naturales, alerta la bióloga Lenore Fahrig, para quien hay que ser “menos arrogantes” y no creer que tenemos derecho a destruir lo “que nos dé la gana” en la naturaleza.

La bióloga canadiense recogió en días pasados en Bilbao el Premio BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Ecología un galardón que en esta edición es compartido junto a los científicos Simon Levin y Steward Pickett, . Como señala el acta del jurado, los galardonados han desarrollado de manera independiente “la teoría y las matemáticas de la ecología espacial”, con aplicaciones en múltiples ámbitos, como “el diseño de las áreas naturales protegidas, el trazado de redes de carreteras y las ciudades sostenibles”.

Lenore Fahrig, catedrática de Biología de la Universidad de Carleton (Canadá), recurre a las vistas aéreas para explicar el concepto de ecología espacial: “Estudiamos cómo el reparto del territorio, las distintas manchas que ves desde un avión, influye en la vida de los organismos”, ha explicado en una entrevista tras conocer el fallo. Ella ha sido pionera en el estudio de la fragmentación del territorio y su impacto en la biodiversidad.

Es un área con aplicación inmediata a problemas concretos: ¿Es mejor crear un área protegida muy extensa, o de dimensiones más reducidas? ¿Sirve de algo crear “corredores ecológicos” entre distintas áreas? Y también, ¿qué impacto tendrá el trazado de una carretera?

“El hábitat se fragmenta debido al impacto humano, y ésta es una de las amenazas más profundas para la biodiversidad”, señala el acta. Fahrig “ha desarrollado métodos teóricos, basados en datos, para reducir los efectos de la pérdida del hábitat manteniendo la conectividad entre áreas fragmentadas (…). Su trabajo investiga el papel fundamental de las redes de carreteras y de las pequeñas áreas de conservación en la distribución y abundancia de las especies”.

Una de las conclusiones del trabajo de Fahrig se centra en el valor de las áreas pequeñas. Como explica Pedro Jordano, profesor de investigación en la Estación Biológica de Doñana y secretario del jurado, “el enfoque desarrollista limitaba la conservación a grandes áreas, dejando de lado otras menores; Fahrig demuestra que también es importante conservar áreas pequeñas, porque si están bien conectadas entre sí pueden ayudar a preservar la biodiversidad. Ella es pionera de la idea de conectividad entre reservas; si las reservas no están bien conectadas por corredores naturales, serán deficitarias”.

«Cada especie es única, una obra maestra que, cuando se destruye, desaparece para siempre”

Fahrig recuerda que cuando empezó su carrera, “no era obvia la importancia de los corredores ecológicos”. Su investigación le permitió documentar el gran impacto de las carreteras para la biodiversidad, en primer lugar matando a los animales por atropellamiento. Su trabajo ha impulsado la búsqueda de estrategias para reducir este problema.

“El conocimiento que tenemos sobre los daños que estamos provocando es lo que necesitamos para detener la pérdida de especies”, asegura Fahrig. “Creo que no hay justificación alguna para poner una especie en peligro porque queremos obtener beneficios económicos a corto plazo. Sabemos cómo reducir nuestros impactos, y lograrlo es una cuestión de tomar conciencia del valor de la naturaleza y de otras especies”.

Carretera adaptada en el norte de Europa para permitir el paso de la fauna por un puente elevado. | FOTO Maarten Zeehandelaar
Carretera adaptada en el norte de Europa para permitir el paso de la fauna por un puente elevado. | FOTO Maarten Zeehandelaar

El valor de la biodiversidad

En una entrevista concedida a Efe, la científica explica que la amenaza del cambio climático está presente en la conciencia de la sociedad, pero el problema de la desaparición de la biodiversidad no tanto, a pesar de es que un desafío frente al que hay que actuar “rápido”.

Más que pensar en términos de utilidad humana para proteger a animales o plantas, porque “siempre habrá alguien que dé un contra-argumento”, hay que tener en cuenta el “valor inherente” que tienen todas las especies.

“Tenemos que ser menos arrogantes y pensar que no podemos destruir lo que nos dé la gana, el hábitat y las especies, porque creemos que tenemos derecho a ello”, indica la bióloga.

Cada especie “es única, una obra maestra que, cuando se destruye, desaparece para siempre”, ya sea un oso panda “muy mono”, que puede contar con más empatía, una hormiga, una araña o un reptil.

La científica canadiense Lenore Fahrig, Premio BBVA Fronteras del Conocimiento en Ecología. | FOTO: Efe
La científica canadiense Lenore Fahrig, Premio BBVA Fronteras del Conocimiento en Ecología. | FOTO: Efe

«‘Hay que tener en cuenta el valor inherente que tienen todas las especies», afirma Fahrig

“Sería un objetivo fantástico” si consiguiéramos concienciar a las personas de la importancia de todas las especies, afirma Fahrig, pero reconoce que no es tan fácil cambiar la mentalidad “antes de que perdamos muchas más”.

Insectos y reptiles son, “un poco, una causa perdida” para lograr la empatía de las personas, pero lo que sí van a entender es que “si llegas a un espacio con muchas especies animales y de plantas, tu alma se siente mucho mejor”, porque nuestra necesidad de biodiversidad es “algo innato”.

El principal motivo de su desaparición, es que en las últimas décadas se ha acelerado la pérdida de su hábitat por la actividad humana, “en especial la agricultura”, pero tenemos mucha información al respecto y “sabemos lo que hay que hacer”, añade.

La importancia de los espacios pequeños

«Si tuviera que elegir nuestro resultado más importante, este sería que proteger muchas áreas pequeñas de hábitat natural es crucial para la conservación de la biodiversidad en las regiones donde las especies corren más riesgo, que son aquellas dominadas por el ser humano», afirma Fahrig.

«Allí donde vive gente y cultiva alimentos, gran parte del hábitat natural ha desaparecido, y casi todo el que persiste ha quedado dividido en pequeñas zonas. Aunque la protección del hábitat es más necesaria en esos lugares, esas pequeñas áreas de hábitat remanentes no suelen estar protegidas», añade.

«Durante muchos años hemos dado por hecho que esas pequeñas áreas de hábitat no son importantes para la vida silvestre y que, por lo tanto, protegerlas no contribuiría mucho a la conservación de la biodiversidad. Pero nuestras investigaciones demuestran que ese supuesto es erróneo«, dice Fahrig.

«En la mayoría de las situaciones, un grupo de muchas zonas de hábitat pequeñas vale más para la conservación de la biodiversidad que unas pocas áreas grandes con la misma extensión total de hábitat. Esto significa que conservar muchas pequeñas zonas de bosque o de humedal en una región dominada por el hombre puede incrementar enormemente el beneficio para la biodiversidad. Y esto abre muchas posibilidades para la conservación», concluye la ecóloga.

Una científica de prestigio

Lenore Fahrig (Ottawa, Ontario, Canadá) es licenciada en Biología por la Universidad de Queen y doctora en Ecología de las Poblaciones y Modelización Ecológica por la Universidad de Toronto (1988).

Tras realizar investigación posdoctoral y trabajar como científica investigadora en el departamento gubernamental canadiense de Pesquerías y Océanos, en 1991 se incorporó al Departamento de Biología de la Universidad de Carleton, donde hoy ocupa la Cátedra del Canciller –el rango académico más alto de Carleton– en Biología.

Los proyectos de Fahrig han sido reconocidos con más de 40 ayudas a la investigación y su trabajo se ha traducido en más de 200 artículos en revistas científicas, así como tres libros y 54 capítulos en obras colectivas. Acumula más de 51.000 citas con un índice h de 94; un estudio de 2019 le situó en el 0,01% más citado entre los siete millones de científicos del mundo.

Ha sido miembro del Consejo Editorial de revistas como Ecology and Society (que cofundó en 1993), Conservation Biology Ecosystems, así como editora jefe de Current Landscape Ecology Report y solo entre 1998 y 2020 ha presidido u organizado reuniones científicas en Alemania, Australia, Canadá, Francia, Estados Unidos, Noruega y Países Bajos.

El trabajo de Fahrig se ha centrado en estudiar los impactos de la fragmentación del hábitat y la pérdida de conectividad entre hábitats remanentes sobre la biodiversidad.



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