Martha Rojas: “No podemos tener agua sin humedales”

“No podemos tener agua sin humedales”

Martha Rojas

Secretaria ejecutiva de la Convención Ramsar

La colombiana Martha Rojas, secretaria ejecutiva de la Convención Ramsar, nos habla de la importancia de los humedales en el difícil equilibrio del planeta ante el cambio climático y sobre los desafíos a los que se enfrenta su organización, que acaba de cumplir 50 años


Judit Alonso
Madrid | 5 febrero, 2021

Tiempo de lectura: 8 min



La Convención Ramsar sobre Humedales cumple 50 años dedicando al agua y la salud la edición de este año del Día Mundial de los Humedales. No obstante, estos ecosistemas vitales no tienen nada que celebrar pues el 90% de ellos ha desaparecido, según Martha Rojas, la secretaria ejecutiva de la Convención Ramsar, el único tratado internacional que vela por un ecosistema específico.

Rojas subrayó la importancia de este Día Mundial en el que la Convención desarrolla mensajes que posteriormente los países de este primer tratado internacional sobre medio ambiente -que se firmó en 1971 y que reúne a 171 estados- usan para elaborar campañas y eventos para poder concienciar y mejorar el conocimiento de los tomadores de decisiones y la ciudadanía sobre la importancia de conservar estos ecosistemas.

Y es que aunque se trata de los ecosistemas más amenazados actualmente, son “los que más beneficios aportan para todas nuestras actividades incluyendo económicas. Por ejemplo el agua: no podemos tener agua sin humedales”, recalca.

La celebración de la próxima conferencia de las partes (COP) de la Convención este año en China dará a conocer los últimos datos del estado de los humedales que pueden ganar mayor visibilidad e importancia en el contexto de la recuperación económica post-pandemia, que ha vuelto la mirada a las soluciones basadas en la naturaleza.

PREGUNTA.- Existen más de 2.400 sitios Ramsar, que abarcan más de 2,1 millones de kilómetros cuadrados, en el mundo. ¿Cuál es su estado actual?   

RESPUESTA.- El estado de los humedales del mundo es muy preocupante. Se han hecho una serie de evaluaciones científicas en los últimos años y todas han mostrado que se ha perdido casi el 90% de la superficie de los humedales del mundo desde 1700.  Eso muestra que nos queda solo el 10% de lo que había originalmente. Por otro lado también se ha visto que la tasa de pérdida es la más rápida de todos los ecosistemas: estamos perdiendo humedales tres veces más rápidamente que los bosques.

Son los ecosistemas más amenazados en este momento y de los cuales dependemos dado los servicios esenciales que prestan, empezando por el agua. Sin agua ninguna de nuestras actividades ni siquiera nuestra supervivencia es posible y sin los humedales no tenemos agua.

Por muchos años, los humedales se han visto como terrenos a los que no se les ha dado valor y por este motivo, cuando hay decisiones que se deben tomar a nivel de desarrollo, muy frecuentemente se secan para hacer agricultura o urbanizaciones. El 80% de las aguas usadas se vierten sin tratamiento en los ríos, lagos y marismas. Por lo tanto, son ecosistemas a los que no se les ha dado mucha atención.

«Estamos perdiendo humedales tres veces más rápidamente que los bosques. Es la tasa de pérdida más rápida entre todos los ecosistemas»

Ahora tenemos muchas más evidencia y por eso es importante integrar los humedales en las políticas para poder utilizar todos los beneficios que ofrecen. Por ejemplo, consumimos más agua dulce cada día de lo que la tierra puede reponer y se sabe que la demanda va aumentar del 55% al 2050 con una población que va a ser de alrededor de 10.000 millones de personas. Si miramos de dónde viene el agua, está en los humedales como ríos, lagos y marismas, pero esa conexión no se ha hecho suficientemente fuerte.

Por otra parte, cuando estamos buscando formas de retener y disminuir el carbono, se sabe que los humedales son los ecosistemas más eficaces para acumular carbono. Las turberas, que cubren el 3% del planeta, almacenan dos veces más carbono que todos los bosques del planeta y juegan un papel muy importante en la prevención de desastres al regular las inundaciones y las sequías. Son servicios que estamos viendo ahora de forma más clara y que hacen que conservar los humedales no sea solo una agenda ambiental, sino una agenda de desarrollo y sostenibilidad.

P.- En el caso español, Doñana y el Delta del Ebro están en el punto de mira debido a su fragilidad y las presiones humanas y climáticas que soportan. ¿Por qué es vital su protección y qué medidas se deben desarrollar para una conservación efectiva?  

R.- Tanto Doñana como el Delta del Ebro son humedales costeros emblemáticos de España. Ambos están protegidos por la Convención de Ramsar y otros instrumentos internacionales: directivas de la Unión Europea y la Convención del Patrimonio Mundial que cubre la zona central del ecosistema de Doñana, es decir, el Parque Nacional. Sin embargo, las presiones derivadas del aumento de la urbanización y la recreación, especialmente el turismo de playa en verano, requieren una gestión cuidadosa y una guía para los visitantes. La agricultura también se está intensificando alrededor de las áreas protegidas, extrayendo mucha agua subterránea en Doñana o contaminándola a través de efluentes agrícolas con el cultivo de arroz en el delta del Ebro.

Martha Rojas, secretaria ejecutiva del Convenio Ramsar.

Sin embargo, existen prácticas agrícolas sostenibles que continúan desarrollándose como por ejemplo la piscicultura en Doñana que proporcionan un hábitat importante para las aves migratorias o la producción sostenible de frutas en los alrededores de Doñana, siempre que se desmantelen todos los pozos de bombeo de aguas subterráneas ilegales.

Los planes de dragado de ríos para ambas áreas surgen regularmente, lo que afectaría significativamente de manera negativa al funcionamiento del ecosistema. Las autoridades regionales tanto de Andalucía y Cataluña deben mantener sus esfuerzos para brindar una protección efectiva a estas áreas frente a muchos intereses económicos no sostenibles a corto plazo. En sus esfuerzos cuentan con el apoyo del Estado, la Unión Europea, las Convenciones de Ramsar y del Patrimonio Mundial. El mayor desafío es integrar diferentes políticas de gestión sectorial aplicadas por diferentes grupos de interés y partes de la administración a nivel local, de cuenca hidrográfica y nacional en un enfoque coherente para el desarrollo sostenible con un enfoque basado en ecosistemas.

“Las turberas, que cubren el 3% del planeta, almacenan dos veces más carbono que todos los bosques del planeta”

Ambas áreas de humedales costeros protegen a las ciudades vecinas tierra adentro del aumento del nivel del mar y las marejadas ciclónicas. Los riesgos de tales desastres están aumentando debido al cambio climático en curso. En este contexto, los humedales brindan soluciones basadas en la naturaleza para reducir tales riesgos a costos mucho más bajos que las costosas soluciones de ingeniería.

P.- Este 2021 la Convención de Ramsar cumple su 50 aniversario, ¿Cuáles han sido sus principales logros desde su creación?

Esta Convención ha sido importante porque ha hecho que se reconozca el valor de estos ecosistemas y es la única Convención que se focaliza en un ecosistema en particular. Durante estos años, 171 países se han comprometido a establecer áreas bajo la Convención y se comprometen a usar de forma racional los humedales y a cooperar entre países para poder cuidar y utilizar de forma durable los humedales.

Se han designado más de 2.400 áreas de humedales de importancia internacional y más del 60% de los países han desarrollado políticas de cómo utilizar de forma sostenible esos ecosistemas. Tenemos ejemplos en que el hecho de conservar los humedales ha resultado en la extensión en lugar de la pérdida y ha habido grandes iniciativas de recuperación y de restauración, como por ejemplo de manglares.

Además, la otra acción de la Convención es la cooperación. La Convención tiene 19 iniciativas regionales en la que los humedales son muy variados. Estas iniciativas lo que permiten es que países que comparten diferentes tipos de humedales puedan trabajar conjuntamente para tomar medidas que sean acordes con los requerimientos de esos ecosistemas. La estrategia de humedales altoandinos es un esfuerzo de colaboración de los países de Sudamérica que comparten esos ecosistemas. Es un ejemplo de cómo estos países pueden compartir experiencias de cómo tener en cuenta estos ecosistemas como parte de sus compromisos de cambio climático bajo el Acuerdo de París.  Estos ecosistemas también son fuente de agua de muchas ciudades como mi ciudad Bogotá, así como otras ciudades de la región.

Finalmente también ha sido una forma de poder desarrollar la ciencia. La Convención tiene un panel científico que ha avanzado mucho en temas como la relación con el cambio climático para poder incitar aún más en la conservación de estos ecosistemas. Los humedales pueden ser una solución basada en la naturaleza para el cambio climático, pero los ecosistemas marinos y costeros, los arrecifes coralinos, los manglares, las praderas marinas son extremadamente sensibles al cambio de temperatura, al nivel del agua de los océanos y que tienen repercusiones en su estado de conservación.

P.-¿Cómo es el proceso de denominación de un sitio Ramsar? ¿Qué factores son necesarios para poder serlo?

R.- Es un proceso que está enmarcado dentro de unos criterios que las partes acordaron desde el principio de la Convención y que han ido refinando. Tienen que ver con especies, el estado de los ecosistemas, los servicios…

Cada país tiene que hacer el ejercicio de identificar cuáles son los humedales que cumplen con esos criterios y que deciden designar. Es un proceso que viene del nivel nacional que va a nivel internacional y después los países cuando se reúnen, ya sea en la Conferencia de las Partes o el Comité Permanente, tienen que reportar de las medidas que han tomado y del estado en qué se encuentran.

Hay zonas en las que falta mucha información y poco a poco se ha ido recopilando. Uno de los compromisos de los países es hacer inventarios. El Secretariado ha desarrollado métodos para capacitar a los diferentes países para hacer inventarios en cualquier momento, pero cada tres años, antes de la reunión de la conferencia de las partes, los países deben hacer sus reportes nacionales.

En este momento los países están preparando y presentando sus informes nacionales. Esto fue una decisión que tomaron las partes en 2015, hicieron un primer reporte en 2018 y ahora en 2021 es el nuevo momento de reportar. La idea es que esta información se procese para la reunión del Comité Permanente que debe ser en junio. Este año también está previsto hacer la conferencia de las partes (COP) al final del año. O sea, que este reporte tiene que estar disponible para este momento, así que se prevé que en los próximos dos o tres meses debemos tener esa información analizada.

“Se han designado más de 2.400 áreas de humedales de importancia internacional y más del 60% de los países han desarrollado políticas de cómo utilizar de forma sostenible esos ecosistemas”

P.- ¿Qué impacto tiene la falta de conocimiento de la existencia de los humedales en el establecimiento de las medidas de protección y conservación de los mismos?

R.- Se dice que uno no puede conservar lo que no conoce. Una de las iniciativas que tenemos ahora, incluso la de capacitación y de buscar recursos para apoyar a los países, es ayudarles a que puedan hacer esos inventarios porque es en la medida en que se sepa dónde están, cuáles son, cuál es su estado que los países pueden tomar medidas para concientizar de tomar las medidas necesarias para conservar.

Una de las grandes oportunidades que hemos logrado estos últimos años fue el hecho que la Convención se volvió custodio de uno de los indicadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El Objetivo de Desarrollo 6 tiene un indicador que tiene que ver con la extensión de ecosistemas vinculados con el agua y estamos recogiendo información de los países de la extinción de los ecosistemas que se consideran humedales.

Eso va a mejorar el conocimiento de cuál es el estado real de esos ecosistemas y va a permitir identificar cuáles son las áreas que merecen mayor atención, hacer un monitoreo de lo que está pasando, estamos mejor, estamos peor, cuáles son las medidas que se tienen que tomar pero también poder ver los beneficios. Se trata de valorar lo que los humedales aportan a la biodiversidad y al desarrollo. Espero se se pueda tener una mayor concienciación de su importancia y que esto sea un estímulo para que también se cree una mayor inversión en términos de su conservación. 

P.- Teniendo en cuenta que 2020-2030 es la década de la restauración de los ecosistemas y que la pandemia del coronavirus ha hecho volver la mirada a la naturaleza para salir de la crisis sanitaria mundial, ¿es esta la oportunidad definitiva para desarrollar el potencial de los humedales en el mundo?

R.- A nivel global se estima que más de la mitad del PIB es dependiente de los servicios de la naturaleza. Se calcula que el valor de los humedales incluyendo agua y pesca, entre otros, es de alrededor de 47 billones anuales de servicios para la economía global.

La pandemia muestra claramente la relación de la naturaleza y la humanidad. La conservación puede ser un arma para evitar futuras pandemias. Para la actual es una oportunidad, dados los medios económicos que se están movilizando para ‘construir mejor’ (building back better) para recuperar la economía que está muy afectada como resultado de la pandemia. Esto obviamente implica que toque tener en cuenta la naturaleza incluyendo los humedales como parte de ese crecimiento económico sostenible, resiliente, que necesitamos para evitar que en el futuro nos volvamos a encontrar en ese choque entre naturaleza y humanidad.



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