"América Latina debe afrontar la revolución digital del agua" - EL ÁGORA DIARIO

«América Latina debe afrontar la revolución digital del agua»

Miguel Doria

Hidrólogo regional del Programa Hidrológico Internacional de la Oficina de Ciencias de la Unesco para América Latina y el Caribe

Miguel Doria, hidrólogo regional del Programa Hidrológico Internacional de la Oficina de Ciencias de la Unesco para América Latina y el Caribe, explica para El Ágora los hitos de la novena fase del Programa Hidrológico Intergubernamental de la UNESCO para América Latina y el Caribe (PHI-LAC) que pasan por la digitalización de la gestión, la cooperación y el intercambio de conocimientos científicos para avanzar en seguridad hídrica


María Santos
Madrid | 21 mayo, 2021

Tiempo de lectura: 7 min



Cada dos años representantes de 40 países de la región Latinoamericana y Caribe se reúnen bajo el paraguas de la Unesco para analizar y programar los retos regionales que les permitan avanzar en la seguridad hídrica para todos sus ciudadanos.

Un avance que les acerca a los objetivos de la Agenda 2030, con el ODS6, el acceso al agua y saneamiento para todos, como elemento transversal y coadyuvante para alcanzar el resto de los objetivos globales.

Miguel Doria, director del Programa Hidrológico Intergubernamental de la Unesco para América Latina y el Caribe analiza para El Ágora las principales conclusiones del último encuentro, virtual este año, del PHI-LAC que adelanta las prioridades para los próximos años en la materia, que pasan por la cuarta revolución industrial o digital del agua, el vínculo del agua con los cambios globales y climatológicos, un mayor conocimiento de las masas de agua subterráneas regionales y las lecciones de Gobernanza que deja la pandemia.

De momento, Doria explica cómo la pandemia de la COVID-19 truncó en abril de 2020 la celebración de la XIV Reunión de Comités Nacionales y Puntos Focales del Programa Hidrológico Intergubernamental de la UNESCO para América Latina y el Caribe (PHI-LAC), que pretendía reunir, con Argentina como anfitriona, a gobiernos, autoridades y expertos de América Latina y el Caribe, para tratar los avances y temas pendientes en la gestión del agua de la región.

«Debemos preparar la gestión hidrológica para futuras pandemias»

Una reunión que finalmente se ha celebrado en 2021 de manera virtual “para no comprometer la salud de nuestros cooperadores y poder avanzar en materia hidrológica dada la importancia de los asuntos a abordar en el contexto pandémico y climatológico en el que nos encontramos”.

De hecho, destaca Doria, uno de los principales acuerdos alcanzados en el encuentro celebrado hace apenas dos semanas ha sido solicitar a la Unesco y la Organización Mundial de la Salud OMS la realización de un estudio sobre el manejo y gobernanza del agua en la región durante y post-COVID-19, que elabore también recomendaciones generales respecto a la gestión hídrica y futuras pandemias.

Doria recuerda que la pandemia de la covid-19, con sus impactos políticos y sociales, ha puesto en riesgo algunas de las inversiones de los países de América Latina y el Caribe para lograr el acceso universal al agua y el saneamiento, “uno de los temas en los que más ha avanzado la región en las últimas décadas”.

La COVID-19 ha afectado principalmente a la población más vulnerable del mundo, gran parte de la cual vive en asentamientos informales y en barriadas urbanas donde lavarse las manos no está al alcance de todos pese a ser extremadamente importante para prevenir el contagio de la enfermedad.

El informe sobre los recursos hídricos regionales presentado en 2020 por Naciones Unidas “El Valor del Agua” destaca que el estrés hídrico de la región latinoamericana y caribeña ha alimentado una serie de conflictos, ya que varios sectores, incluidos la agricultura, la energía hidroeléctrica, la minería e incluso el agua potable y el saneamiento, compiten por los escasos recursos.

«El cambio climático y la presión de la demanda amenazan la seguridad hídrica en la región»

Doria insiste en que, aunque la percepción general es que en América Latina y Caribe “son ricas en agua dulce”, lo cierto es que el cambio climático y el aumento de la demanda, con una población que se ha triplicado (pasando de 200 a 600 millones de habitantes en poco menos de un siglo) obliga a cambiar de paradigma en la relación de todos con los recursos hídricos.

“Pensamos que el hecho de contar con los glaciares andinos, las tres mayores masas de agua subterránea del mundo, el Amazonas o el Guaraní nos hace ser ricos en agua dulce. Sin embargo, el cambio climático hace que la región más árida del planeta, el Desierto de Atacama en Chile aumente cada vez más su superficie, las frecuentes y prolongadas sequías y las inundaciones, la subida del nivel del mar y el impacto de erupciones volcánicas y huracanes o fenómenos climatológicos adversos amenazan esta disponibilidad de agua en cantidad y calidad”, afirma Doria.

Además del impacto de los elementos naturales sobre la disponibilidad de recursos hídricos en la región, el desarrollo socioeconómico, no sólo poblacional en toda América Latina, “una de las regiones más urbanita del mundo, con el 80% de la población viviendo en ciudades, gran parte de ellas megaciudades con más de 10 millones de habitantes, ha dividido entre tres la disponibilidad per cápita de agua en toda la región”.

Esto, afirma Doria, además de un esfuerzo para la gestión del agua urbana, que garantice cantidad y calidad del agua potable al tiempo que un correcto saneamiento para el conjunto de la población, “exige ahondar en una mayor eficiencia en todos los usos para disociar el crecimiento del producto interior bruto regional de la presión sobre los recursos hídricos”.

Esta eficiencia en el uso del agua para crecer económicamente sin comprometer la seguridad hídrica requiere una inversión que a día de hoy es escasa en la región y se ha visto amenaza por las nuevas necesidades surgidas tras la pandemia, tal y como recoge el Informe Mundial sobre el estado de los recursos hídricos.

Para Doria es importante seguir priorizando las inversiones en materia hidrológica, tanto a nivel de infraestructura y como a nivel de desarrollar marcos normativos o recursos humanos para poder avanzar en esta área para garantizar la seguridad hídrica para las personas, los ecosistemas y las actividades económicas”, insiste.

En este sentido, el hidrólogo regional de Unesco enfatiza que las inversiones destinadas al agua “habitualmente tienen un retorno económico bastante elevado”, ya que, por cada dólar que se coloca en el sector, hay un retorno de entre 2 a 30 veces más.

“Este retorno no solo se da a nivel económico sino de una forma más amplia, porque invertir en agua es invertir en la erradicación de la pobreza, del hambre (…), en la salud humana en particular en la infantil; es invertir en la educación en la igualdad de género, en toda una serie de objetivos que son fundamentales para el desarrollo y la Agenda 2030”, asegura.

“Invertir en agua y saneamiento es invertir en nuestras vidas, en la salud, erradicación de la pobreza, la seguridad alimentar, el acceso a la educación, la igualdad de género, y la sustentabilidad ambiental” señala el Hidrólogo Regional de la UNESCO para América Latina y el Caribe.

Y destaca también que el valor de la contribución de los servicios ambientales sobrepasa otros valores económicos, estando estimada en más de 100 billones de dólares al año, alrededor de dos tercios por encima del PIB mundial mientras que la falta de acceso al agua y saneamiento causa importantes pérdidas económicas directas e indirectas.

Lo que se constata a juicio de Doria es que hay falta de inversión “por parte de todos”, ya que tenemos el reto de aprender a obtener información sobre el agua, sobre cómo las actividades individuales o comunitarias afectan a los recursos hídricos y esto requiere invertir en conocimiento e investigación”.

Miguel Doria, hidrólogo regional del Programa Hidrológico Internacional de la Oficina de Ciencias de la Unesco para América Latina y el Caribe. | Foto: EFE/Raúl Martínez

Por eso en la reciente XIV Reunión de Comités Nacionales y Puntos Focales del Programa Hidrológico Intergubernamental de la UNESCO para América Latina y el Caribe (PHI-LAC) se ha decidido, además de requerir el informe a la OMS sobre conexión del agua y su gobernanza con la COVID, esbozar los hitos para la novena fase del Programa Regional.

Una fase en la que será prioritaria la cuarta revolución industrial aplicada a los recursos hídricos, dicho de otra manera, la digitalización de todo el conocimiento entorno a los diversos impactos que afectan a la disponibilidad hídrica.

Al poner en juego métodos y herramientas innovadores, multidisciplinarios y respetuosos con el medio ambiente, al tiempo que fomenta y capitaliza los avances en las ciencias del agua, el PHI actúa en el nexo ciencia-política para ayudar a hacer frente a los desafíos mundiales del agua en la actualidad.

“El rol de la UNESCO, principalmente a través del Programa Hidrológico Intergubernamental para América Latina y el Caribe (PHI-LAC) y de sus Comités Nacionales, es un facilitador del intercambio y cooperación entre los países de la región en materia de agua, a través de sus cerca de 20 Centros y Cátedras especializados en temas de agua”.

“Es fundamental fomentar esta cooperación, no solo entre estados, sino entre los diferentes actores que participan en el ciclo hidrológico para evitar los conflictos y para favorecer el intercambio de información y conocimiento compartiendo experiencias de éxitos que permitan avanzar en el ODS6” resalta Doria.

En este sentido, hablamos de una región que comparte muchas cuencas transfronterizas, tanto en masas de agua superficiales como subterráneas, y teniendo en cuenta que en “2022 el Día Mundial del Agua estará dedicado a la importancia de las aguas subterráneas desde el PHI-LAC vamos ha analizar y revisar nuestro programa de acuíferos y desarrollar un estudio sobre el impacto que el nuevo escenario climático y la proliferación de desastres naturales tiene sobre estas fuentes de agua dulce”, explica Doria.

acuíferoLas aguas subterráneas son un componente significativo del ciclo hidrogeológico, y los acuíferos son una unidad hidrológica importante.

En el planeta, las aguas subterráneas representan 98% del agua dulce no congelada.

En la naturaleza, las aguas subterráneas son responsables de muchos procesos geológicos y geoquímicos y sostén de varias funciones y servicios ecológicos.

Las aguas subterráneas deben integrarse en la dimensión económica, social y ambiental de los recursos hídricos. Muchas personas dependen de las aguas subterráneas como suministro de agua potable y para garantizar la seguridad alimentaria y la vida sustentable.

Las aguas subterráneas también pueden tomarse en cuenta como una fuente segura de agua para beber en regiones áridas y semiáridas, así como en islas pequeñas e incluso en situaciones de emergencia.

Los 40 asistentes regionales a la reciente reunión que analiza para El Ágora Miguel Doria analizaron también la ecohidrología, la armonía de la ingeniería para un mundo sostenible que apuesta por soluciones basadas en la naturaleza; y la educación sobre el agua, clave para la seguridad hídrica.

El PHI es el único programa intergubernamental del sistema de las Naciones Unidas dedicado a la investigación en el ámbito del agua, la gestión de los recursos hídricos, la educación y la capacitación

El Programa Hidrológico Intergubernamental (PHI) es el único programa intergubernamental del sistema de las Naciones Unidas dedicado a la investigación y gestión del agua, y la educación relacionada y el desarrollo de capacidades. El PHI comenzó en 1975 como un programa de investigación hidrológica coordinado internacionalmente.

Desde entonces, ha evolucionado para facilitar un enfoque interdisciplinario e integrado de la gestión de cuencas y acuíferos, incorporando la dimensión social del agua, y apoya la cooperación internacional en ciencias hidrológicas y del agua dulce y en la interfaz con los responsables de la formulación de políticas, y refuerza las capacidades institucionales e individuales.

El Programa Hidrológico Intergubernamental estimula y fomenta la investigación hidrológica y ayuda a los Estados Miembros en actividades de investigación y formación.



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