El Gobierno de Canarias ha abordado una legislatura sembrada de obstáculos sobrevenidos. La pandemia estallaba apenas unos meses después de que el socialista Ángel Víctor Torres asumiera el puesto como presidente de Canarias en julio de 2019; y cuando parecía que el virus empezaba a remitir se abrió la Tierra este mes de septiembre en La Palma, con una erupción volcánica que aún continúa y tiene a todos de nuevo en emergencia.
No han sido dos años fáciles, pero el Ejecutivo canario ha tenido tiempo de impulsar una potente agenda legislativa dirigida a reforzar la sostenibilidad en las islas. Nada más asumir el poder, declaró la emergencia climática en Canarias y, después, se han tramitado proyectos esenciales como la Ley de Cambio Climático y Transición Energética o la Agenda Canaria 2030, que justo hoy se presenta para su aprobación.
El presidente canario defiende con rotundidad la necesidad de labrar un futuro sostenible para el archipiélago y de impulsar una transición verde, aprovechando las inversiones de los planes de reconstrucción tras el coronavirus. La transición ecológica «debe afrontarla la sociedad en su conjunto, más allá de las coyunturas políticas y de quién gobierne en cada sitio o momento», afirma. Y la hoja de ruta, en línea con los ODS de la ONU, debe incluir lo económico, lo ambiental y lo social, «atendiendo las necesidades básicas de los ciudadanos y sin dejar a nadie atrás», afirma.
La transición ecológica, defiende el presidente, «no se trata de una moda o de la obsesión de una minoría verde utópica, sino simple supervivencia y pragmatismo económico, ecológico, social y planetario«. Según los cálculos del gobierno canario, hasta 2027 se movilizarán 4.890 millones de euros para las Islas. Una cifra histórica, considera Ángel Víctor Torres, «que se transformará en hechos con la implicación pública y privada«, añade.
Esta es la conversación que ha mantenido con nuestro diario.
PREGUNTA.- Nos gustaría abordar en esta entrevista cuestiones sobre desarrollo sostenible y el futuro de Canarias, pero resulta imposible no preguntarle antes por una cuestión tan urgente como la situación en La Palma, con una erupción que ya dura más de dos meses. ¿Qué medidas ha tomado y va a tomar su Gobierno para atender a los afectados y para ayudar a la reconstrucción cuando termine la crisis volcánica?
RESPUESTA.- Desde antes que sucediera, este Gobierno activó la emergencia volcánica y se evitó que hubiera daños personales tras la erupción. El mismo día 19 de septiembre, aún sin poder saber la dimensión que iba a tomar la catástrofe, se empezó a dar una respuesta coordinada desde lo público. Una tragedia que, a diferencia de un terremoto o una tormenta de grandes daños, aún se está produciendo.
El Gobierno de Canarias se planteó como perentorio que ninguna persona se quedara sin un techo y se ha costeado el alojamiento en hoteles para una media de 500 personas al día. Ese hospedaje de emergencia supondrá hasta finales de año unos dos millones de euros de las arcas regionales, pero es que, además, en apenas 40 días ya hemos ido entregando las primeras viviendas provisionales y gestionado ayudas de 10.000 euros por unidad familiar para la adquisición de enseres. Es imposible encontrar respuestas tan rápidas en la gestión de ayudas en catástrofes anteriores en Canarias o España.
Por poner otro ejemplo, también el Gobierno canario ha activado una línea de prestaciones compensatorias a pymes y empresas afectadas por un total de 10 millones de euros. O la instalación de dos desaladoras en tiempo récord para garantizar el agua de riego en las fincas aisladas por las colada.
A esto hay que añadir que unos 2.000 afectados, no solo los que han perdido casas, sino los que han perdido el empleo y vivían en zonas que se han quedado aisladas, cuentan desde el mes siguiente a la erupción con unos ERTES especiales aprobados por el Ministerio de Trabajo que no se limitan al 70% de la nómina, con lo importante que eso ha sido para minimizar el impacto laboral de la pandemia de la COVID, sino al 100%.
«Es imposible encontrar respuestas tan rápidas en la gestión de ayudas en catástrofes anteriores en Canarias o España»
Esto prueba la profunda implicación del Gobierno de España con esta emergencia y se ratifica aún más cuando aprobó 20 millones iniciales, 220 una semana después o un plan de empleo específico para La Palma por 63 millones que pronto se implementará. Además, se repartirán 14 millones entre los agricultores y pescadores afectados.
También en tiempo récord montamos una oficina de atención a las familias, con 30 trabajadores sociales y 15 psicólogos, que se ha visto reforzada con un registro único sin precedentes que agiliza la entrega de documentación y la llegada de las ayudas por parte de las distintas administraciones.
Entiendo la angustia de quienes han perdido sus casas, sus recuerdos, el legado que les dejaron sus padres o abuelos. Y vamos a seguir trabajando coordinadamente para dar respuestas. No será fácil. Por ejemplo, la solución habitacional provisional requerirá de pisos, viviendas y casas prefabricadas, pero la definitiva necesitará años, cambios en la ley para facilitar el máximo arraigo posible a las familias que prefieran seguir en ese mismo entorno y mucha implicación por parte de todos.
Dar respuestas a esta crisis se ha convertido, sin duda, en el mayor reto del Gobierno en medio, aún, de una pandemia mundial.
P.- Hay cierto debate sobre qué hacer con los terrenos afectados por la colada. Se defiende que alguna parte se deje como está por su interés científico y también, posiblemente, por su valor turístico para el futuro. ¿Hay alguna idea en ese sentido? ¿Se reservará alguna zona o se protegerá con alguna figura legal con esos objetivos?
R.- No tenemos ninguna fijación por proteger las coladas. Ahora mismo no es lo prioritario. Nuestra primera meta es responder y buscar una solución habitacional definitiva que satisfaga al máximo a las familias damnificadas. El Gobierno de Canarias tiene las competencias para catalogar el nuevo suelo dejado por la lava, pero anteponemos la recuperación social y económica. Eso sí, se trata de algo tan complejo que requiere del máximo consenso y de la participación de todas las partes: desde las administraciones hasta los afectados y la sociedad civil.
El Gobierno ya ha compartido con ayuntamientos y con el Cabildo palmero un borrador de un decreto ley que estamos elaborando para abordar qué se hace con esta nueva realidad orográfica que ha surgido en La Palma, cómo recuperar las vías de comunicación y cómo hacer que se cumpla ese deseo del máximo arraigo posible en los entornos previos. No vamos a proteger toda la colada.
La clave para combinar todo lo que usted plantea -el interés científico y el atractivo turístico- es diseñar una reconstrucción integral, sostenible y que convenza a los afectados como meta crucial.
«Canarias ha perdido mucho tiempo con las energías limpias pese a tener algunas de las mejores condiciones del planeta»
P.- Eventos como esta erupción muestran nuestra vulnerabilidad a desastres naturales, en este caso geológicos. En otra dimensión, el cambio climático también amenaza con aumentar los riesgos, la incertidumbre y los eventos extremos. ¿Qué políticas de prevención de desastres y de adaptación al cambio climático están en marcha en Canarias y cuáles espera lanzar?
R.- La ONU viene advirtiendo desde hace décadas de las consecuencias del cambio climático. Un fenómeno que es muy real. La última cumbre contra el cambio climático dejó un sabor agridulce y, sinceramente, creo que el esfuerzo debe ser mucho mayor. Por eso, nuestro Gobierno lo ha tenido claro desde que accedimos al poder en julio de 2019. Lo primero que hicimos fue declarar la emergencia climática en Canarias en agosto de ese mismo año.
Canarias ha perdido mucho tiempo con las energías limpias pese a tener algunas de las mejores condiciones del planeta para desarrollar la fotovoltaica, la eólica, la geomotriz y otras. El Ejecutivo que presido no hace solo retórica con eso y ya hemos aprobado la ley de Cambio Climático y Transición Energética, que inicia ahora su trámite parlamentario. Lo que queremos es convertir a las Islas en referente mundial de verdad. Para ello aprobamos ahora la Agenda Canaria 2030 porque es imprescindible que este salto, que este reto, lo afronte la sociedad en su conjunto, más allá de las coyunturas políticas y de quién gobierne en cada sitio o momento.
Junto a la pandemia y posibles enfermedades de impacto global como la COVID, el cambio climático no sólo es un reto que debe afrontarse desde el rigor, la convicción y la valentía, pues nos va la supervivencia de la especie y del planeta en ello, sino que puede ser una oportunidad para generar riqueza y obtener un plus, por ejemplo, en nuestro principal sector, que es el turismo, que no podemos desaprovechar.
P.- Está ahora mismo en tramitación parlamentaria el proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética. ¿Qué medidas plantea en cuanto a mitigación y descarbonización de la economía?
R.- Planteamos descarbonizar cuanto antes Canarias y lograr que en 2040 las emisiones sean cero. Por supuesto que tampoco será fácil y que en esto influyen muchos factores internos y externos a las Islas, pero tengo la convicción desde hace tiempo, en esta materia y en otras, de que, si no te propones objetivos máximos, no alcanzas ni las metas más modestas.
Nuestra Ley es ambiciosa por nuestro retraso en sostenibilidad, por nuestro gran potencial y porque queremos también ahondar en una transición justa. Que no solo sean las personas con alto poder adquisitivo las que tengan acceso a un coche eléctrico o poner placas solares para consumo propio. Es como hay que dar este salto y tratar de concienciar a la población para que tenga muy claro que no se trata de una moda o de la obsesión de una minoría verde utópica, sino simple supervivencia y pragmatismo económico, ecológico, social y planetario.
«Planteamos descarbonizar cuanto antes Canarias y lograr que en 2040 las emisiones sean cero»
P.- Europa y el Estado español están movilizando ingentes fondos para la reconstrucción tras el coronavirus, y un buen porcentaje debe destinarse al sector verde y la digitalización. ¿Qué inversiones espera obtener o movilizar Canarias? ¿Cuáles serían los proyectos tractores de Canarias para sacar partido del Next Generation?
R.- Como pasa con Baleares, el Gobierno central aporta a Canarias unos 500 millones para sostenibilidad que debemos aprovechar bien para esa transición. Además, gran parte de los proyectos presentados al programa Next Generation tienen como pilar fundamental ese salto imprescindible hacia las nuevas tecnologías, la digitalización y la economía verde.
Es algo que está exigiendo Europa, pero que cada vez demanda más, por ejemplo, el cliente turístico, que quiere productos kilómetro 0 en los hoteles, que los establecimientos se autoabastezcan de energía, que los destinos que visiten tengan el mayor rendimiento posible de su potencial de energía alternativa, que se apueste por el transporte público sostenible, por el ciclo integral del agua, por un tratamiento adecuado de los residuos y el reciclaje…
En total, calculamos que Canarias recibirá 2.380 millones de euros, de los que 630 corresponden al React-EU, cifra ya garantizada, y otros 1.750 al llamado Mecanismo de Recuperación. Se trata de las mayores cantidades de la historia para algo que, insisto, resulta fundamental y que no podemos retrasar más: la transformación verde de las Islas, y con un turismo de vanguardia.
Estas cifras aumentan hasta los 4.890 millones de euros si se atiende a los fondos europeos ordinarios hasta el año 2027, cantidad que mejora de manera notable el periodo 2014-2020 pese a las grandes adversidades por las que hemos atravesado, tanto Canarias como España y Europa en estos últimos dos años, con la erupción de La Palma como colofón tan imprevisible como colosal en sus consecuencias.
Son números que pueden parecer inabarcables para las Islas, pero que se transformarán en hechos con la implicación pública y privada. Y en el caso de La Palma, si algo bueno deja esta erupción es la oportunidad, desde el punto de vista urbanístico, de hacer una reconstrucción sostenible. Para ello también podremos contar con los fondos europeos.
«Las inversiones se transformarán en hechos con la implicación pública y privada»
P.- Suele decirse que las islas son laboratorios de excepción para estudiar los retos de la sostenibilidad, ya que al ser sistemas cerrados se aprecia mejor la escasez de los recursos y la necesidad de cerrar ciclos. ¿Cuáles son los planteamientos en materia de economía circular de Canarias? ¿Qué avances se han obtenido y qué falta por mejorar?
R.- Tenemos un magnífico ejemplo a escala mundial: la isla de El Hierro. Aunque no siempre, la Isla del Meridiano se autoabastece de energía en gran parte del año con su planta de Gorona del Viento. Es cierto que es una isla de dimensiones mucho más pequeñas y de mucho menor población que otras, pero debe servir de referente. En Gran Canaria se está avanzando en el proyecto de salto de agua entre las presas de China y de Soria, lo que supone un avance tremendo en los planteamientos de producción de energía renovable de Canarias.
P.- Sin duda, gestionar el agua en Canarias, la única comunidad autónoma sin grandes ríos, no es fácil, pero la sociedad canaria ha demostrado en 500 años de historia su capacidad de manejar el líquido elemento para generar riqueza y bienestar. ¿Cuáles son los logros de Canarias en cuanto a cultura del agua? ¿Qué problemas y desafíos quedan por delante?
R.- El gran reto no es sólo la desalación, la depuración y el aprovechamiento real de los recursos hídricos naturales, sino aplicar un enfoque global, con inversiones y coordinación administrativa y con el sector privado, para que eso que se llama ciclo integral del agua sea una realidad creciente y convincente. Si los clientes de un hotel valoran que ese establecimiento tenga un sistema de reciclaje y reutilización del agua que suponga ahorro, eficiencia, menos impacto ecológico y más productividad, seguro que ese negocio ahondará en esa apuesta. Y lo mismo con otros sectores, industrias o, incluso, en una comunidad de vecinos o una familia particular. Se trata de un cambio de modelo, de conciencia. Y para eso, precisamente, hemos elaborado la ley de Cambio Climático y la Agenda Canaria 2030.
«La Agenda 2030 de Canarias aborda el ineludible reto común de alcanzar las metas del futuro y se ha dialogado con el sector económico, el social, las empresas especializadas en sostenibilidad, los sindicatos, las universidades…»
P.- Tras un intenso trabajo de exposición pública, se espera que este mismo año se apruebe la Agenda Canaria de Desarrollo Sostenible. ¿Cuáles son las grandes líneas de esta Agenda 2030 de Canarias?
R.- Su gran objetivo, como le apuntaba, es que la transición hacia un modelo mucho más sostenible y eficiente se haga entre todos, con todos los actores de la sociedad y, sobre todo, con una fiscalización constante que detecte enseguida los incumplimientos y flaquezas para actuar y corregir.
Como con lo demás, no queremos perdernos en la retórica. La elaboración de esta agenda no ha sido tarea sencilla. Estuvo mucho tiempo parada antes y, en dos años, hemos intensificado al máximo las reuniones con el sector económico, el social, las empresas especializadas en sostenibilidad, los sindicatos, las universidades… En definitiva, la sociedad en su conjunto porque se trata, no de un empeño de un gobierno o unos dirigentes concretos, sino del ineludible reto común para alcanzar las metas del futuro. Esa agenda que aprobamos ahora tiene objetivos claros, muy debatidos, con plazos y mecanismos adecuados para censurar a las partes que no cumplan con su cometido y con lo comprometido. Insisto, nos va el futuro del planeta en ello y, en Canarias, afrontar con muchas mejores garantías los retos económicos y sociales.
«La transición hacia un modelo mucho más sostenible y eficiente se debe hacer entre todos los actores de la sociedad»
R.- ¿Qué Objetivos de Desarrollo Sostenible son más necesarios y urgentes de implementar en Canarias? ¿Hay alguno que destaque especialmente? ¿Al mismo tiempo, en qué ODS está más avanzada la comunidad autónoma?
R.- Sinceramente, creo que cada uno de los 316 objetivos regionales marcados en nuestra Agenda Canaria 2030 son fundamentales. Por ejemplo, el primero de los grandes retos alude a erradicar la pobreza y, por desgracia, la crisis financiera de 2008-2013 o la repentina por la COVID desde marzo de 2020 han empeorado las cifras en las Islas claramente. Esto es crítico, como lo es poner fin al hambre y conseguir la seguridad alimentaria, una mejor nutrición o una agricultura sostenible, que es de lo que habla el segundo objetivo. Pero es que el tercero alude a disfrutar de una vida saludable y promover el bienestar en todos los grupos poblacionales, y aún estamos sufriendo una pandemia mundial. Eso sí, una crisis sanitaria que ha dejado claro la calidad de nuestra sanidad y lo imprescindible que se vuelve lo público y, por tanto, su constante cuidado y potenciación, cuando ocurren este tipo de fenómenos de consecuencias planetarias.
Por supuesto, hay que garantizar también una educación de calidad inclusiva y equitativa. ¿Y qué decir de la igualdad entre los géneros o de empoderar a todas las mujeres y niñas? En realidad, los 17 ODS, pues el resto aluden a la economía verde, al desarrollo económico inclusivo y sostenible, erradicar los conflictos en el planeta y luchar contra las desigualdades, son perfectamente miméticos con nuestro programa de gobierno y con una visión progresista y avanzada de la sociedad, la economía y la conjunción con el medio ambiente.
P.- ¿Qué importancia tiene para usted el ODS17: Alianzas para Lograr los Objetivos? ¿Qué función pueden cumplir los actores privados y la sociedad civil en la sostenibilidad?
R.- Como he apuntado, esto es crucial. No se avanzará ni en Canarias ni en España, Europa ni en todo el mundo si se actúa por separado. Administradores, administrados, empresarios, trabajadores… la sociedad en su conjunto debe asumir como propios estos retos porque, si no, seguiremos cometiendo los mismos errores, el cambio climático se agudizará y las consecuencias serán terribles, con más, hambre, guerras y fenómenos cada vez más destructivos.
«No se avanzará ni en Canarias ni en España, Europa ni en todo el mundo si se actúa por separado»
P.- Canarias cuenta con una biodiversidad privilegiada. Es la región con más especies endémicas de Europa y la comunidad autónoma con más parques nacionales. ¿Cuáles son las grandes líneas de trabajo de su Ejecutivo con la biodiversidad? ¿Cuáles son los retos y las oportunidades?
R.- Esto, por supuesto, no debe tampoco separarse de esa visión global y sostenible. Canarias dispone casi del 50% de su territorio con algún grado de protección y eso es algo que no sólo debemos mantener, sino fomentar, cuidar y difundir bien, pues es otro de nuestros principales atractivos turísticos. Por supuesto, ha de conciliarse con la actividad turística y creo que tenemos buenos ejemplos de cómo combinar ambos polos.
P.- Por último, ¿qué importancia tiene la educación y la formación ambiental para el desarrollo sostenible? Desde su propia experiencia como docente, ¿cómo ve a las jóvenes generaciones y su compromiso con el medio ambiente y el futuro?
R.- La lucha contra el cambio climático tiene la fuerza que tiene en el mundo no sólo por pioneros y movimientos arraigados desde hace mucho tiempo en diversas partes del planeta, sino por la pujanza de los jóvenes actuales, y también de generaciones previas, que han ido haciéndose cada vez más conscientes de que el camino por el que transitaba buena parte de la sociedad occidental e industrializada no era el adecuado.
Las emisiones de CO2, la contaminación creciente, la carbonización, los desechos que inundan muchas zonas del mundo, la situación de los océanos, la intolerable acumulación de plásticos, que se estén derritiendo los polos, subiendo el nivel del agua del mar y, en definitiva, elevándose las temperaturas por acción del hombre, ha hecho reaccionar a los jóvenes y debe dar resultados reales en pocos años. De lo contrario, los peores vaticinios pueden hacerse realidad y desde hace tiempo se están dando fenómenos naturales que demuestran que esto no es ciencia ficción, que está pasando de verdad.
