El mundo cambia, cada vez más rápido, y esto complica la planificación y la estrategia empresarial por la elevada incertidumbre que plantea el cambio climático. En este acelerado contexto transformador la innovación juega un papel esencial para incorporar el futuro en la agenda del presente, con las personas en el centro, y generando valor social como clave del éxito.
Así explica Xavier Marcet, referente nacional en estrategia, innovación y emprendimiento, para El Ágora, cómo la integración de la innovación en el ADN de las empresas permitirá conocer qué nuevos valores demandan sus usuarios y buscar en las nuevas tecnologías la manera de ofrecérselos.
“No se trata de buscar problemas sino de anticipar las soluciones, saber para qué y cómo podemos incorporar todas las tecnologías disponibles para mejorar nuestros productos o servicios y generar valor social y ambiental con ellos en equilibrio con los resultados empresariales como clave del éxito”, afirma Marcet.
“El agua es el gran dinamizador de soluciones de sostenibilidad”
En este contexto de cambios ambientales, sociales y empresariales, Marcet destaca que el sector del agua urbana tiene una gran oportunidad porque se encuentra en la avanzadilla de las soluciones para una gestión más eficiente de un agua cada vez más escasa, por sus implicaciones sociales y sanitarias y por si intersección ligada a la descarbonización, la circularidad y las energías renovables convirtiéndose en un elemento dinamizador de soluciones de sostenibilidad exportable a otros sectores, algo que en España es especialmente relevante.
Hoy la humanidad tiene el desafío de afrontar, como nunca antes, la gran complejidad e incertidumbres que nos impone el cambio climático, y eso requiere soluciones más sostenibles y a la vez más costosas que exigen del compromiso e implicación de todos los agentes sociales, administrativos y empresariales. Y es en ese compromiso dónde está la oportunidad de las empresas para ser promotoras de la necesaria transformación, afirma Marcet.
Para que las empresas puedan liderar esta transformación «es necesario que cambien sus inercias, que se conviertan en empresas híbridas, comprometidas con la sostenibilidad, que viene a ser lo mismo que comprometidas con la innovación, capaces de equilibrar la tecnología y el talento con las personas en el centro gracias a una gobernanza humanista, insiste el experto en estrategia, innovación y emprendimiento».
“Hay que cambiar la inercia de las empresas para aportar las mejores soluciones”. Y, para Marcet, a estas soluciones hay que llegar con cierta agilidad, a partir de la “desburocratización” de la propia cultura empresarial.
“Esta agilidad que demandan los retos a los que nos enfrentamos no consiste necesariamente en precipitarse, las tecnologías digitales están avanzando mucho, pero por sí solas no nos sirven, si la innovación no nos pone por delante los problemas a los que esa tecnología tiene que dar solución”.
Ahí es donde la innovación juega un papel fundamental, tanto para adaptarnos a este mundo que se ha revolucionado desde los años 90, entonces con la irrupción de internet como elemento aglutinador de la catarsis, como para anticipar nuevos retos ante los que, probablemente, la Inteligencia Artificial será el motor de la transformación.
Esta innovación tiene que ser estratégica, insiste Marcet, “esto no va de tener ideas sino de ejecutarlas, la idea es solo el 20% del proyecto, pero el resto depende de la capacidad de ejecutarla” y eso conlleva un riesgo que tiene que asumir la empresa.
“Liderazgos consistentes equilibrios capacidad emprendedora, organizaciones abiertas que sepan fusionar”
Las mejores soluciones salen de un concepto de innovación abierta, Open Innovation, en la que las empresas, sugiere Xavier Marcet, acogen talento interno y externo que incorpora una visión multidisciplinar que permite poner el futuro en la agenda del presente.
El éxito de esta innovación como solucionador de retos presentes y futuros está para el experto en “sumar inteligencias y humanidad aumentada, hacen falta soluciones de humanidad aumentada que pongan a las personas en el centro, con habilidades transversales que potencien la empatía con los clientes y faciliten la adaptación, el aprendizaje y nos ayuden a desaprender para evolucionar con los cambios que lleguen sin dramas”.
Esto llevado al sector del agua, señala Marcet, nos obliga a apostar por “una innovación que tiene la función de crear valor para los usuarios, la gran oportunidad para el sector está en liderar el cambio hacia la sostenibilidad, equilibrando el valor ambiental y social con el empresarial, y si no innovamos otros lo harán con menos oportunidades que nosotros”.
Pero ese equilibrio que responda a la sostenibilidad exige el compromiso personal, empresarial y también de las administraciones, “es fundamental recuperar la confianza entre la Administración y la empresa porque la envergadura de los desafíos requiere de la suma de los esfuerzos de todos con compromiso, agilidad y transparencia”.
El sector del agua lidera este modelo con centros tecnológicos, como Cetaqua en el caso de Agbar, que se convierte en proveedor de oportunidades basadas en el conocimiento que actúa como un radar con «solidez tecnológica para testar soluciones emergentes y a la vez, se convierte en motor de emprendimiento desde dentro de la organización”.
Para complementar esta visión hay que abrir el cuore empresarial a las startup, que incorporan una corriente fresca propicia para la innovación, en busca de un modelo de negocio que ya tienen las grandes empresas del sector del agua.
“Avanzamos hacia un mundo con el imperativo de la sostenibilidad, donde el sector del agua tiene una gran oportunidad si trabaja en soluciones innovadoras, transversales, escalables, apoyadas en una eficiencia con la que se logra más impacto con menos recursos, donde la estrategia son las personas y no solamente la tecnología y dónde debemos ser capaces de sumar una mirada ejecutiva con la mirada directiva y la práctica de un liderazgo integrador”.