Yago Lorenzo: "El éxito empresarial ya no se mide sólo en beneficios"

«El éxito empresarial ya no se mide sólo en beneficios, sino en sostenibilidad»

Yago Lorenzo Toja

Responsable del área Sostenibilidad ambiental, económica y social de Cetaqua

Yago Lorenzo, responsable del área Sostenibilidad ambiental, económica y social de Cetaqua explica que hoy el éxito empresarial ya no puede medirse solo en términos de beneficio económico sino que la sostenibilidad integral debe ser la medida de ese éxito


El Ágora
Madrid | 14 octubre, 2022

Tiempo de lectura: 4 min



La sostenibilidad, entendida en su vertiente integral, que abarca aspectos sociales, económicos y ambientales, ha ganado protagonismo en los últimos años al permitir a las empresas ser actores destacados por su capacidad de concretar respuestas y situar a las personas en el centro de la acción empresarial.

Así es como Yago Lorenzo, responsable del área Sostenibilidad ambiental, económica y social en Cetaqua, Centro Tecnológico del Agua (perteneciente al grupo AGBAR), argumenta su creencia de que «hoy por hoy, el éxito de las empresas no se mide sólo por los beneficios económicos que refleje la cuenta de resultados, sino que se mide por los avances en sostenibilidad y en el compromiso social y ambiental de las compañías».

Una sostenibilidad que, para Yago Lorenzo, abarca aspectos económicos y de rentabilidad, pero también compromisos sociales y ambientales en el centro de la estrategia empresarial y de sus modelos de negocio.

En este aspecto, la digitalización, en general, y los datos que circulan alrededor del ciclo integral del agua y su gestión, en particular, se convierten en una palanca clave para la transformación, permitiendo no solo optimizar la eficiencia en el uso del agua y el funcionamiento de las redes de distribución de agua potable, sino mejorar la calidad de vida de las personas y hasta de la resiliencia y seguridad de las ciudades.

«Para lograr todo esto, desde los diferentes centros Cetaqua trabajamos en el desarrollo de metodologías, herramientas, estrategias, planes y modelos de gestión que aplicamos en territorios y en empresas para asegurar un desarrollo sostenible. Un desarrollo consciente ambientalmente, económicamente viable y enfocado al beneficio de la sociedad».

Muestra de ello son, explica Lorenzo, las soluciones que se desarrollan al servicio de las ciudades para hacerlas más resilientes y facilitar la transición hacia una economía circular, gracias al desarrollo de nuevos modelos de consumo y producción, al uso de energías renovables y a la prolongación de los ciclos de vida de los productos, la reutilización y la eco-innovación.

En este sentido, comenta Lorenzo, ya se han realizado avances municipales hacia la sostenibilidad con proyectos de circularidad como el desarrollado para el municipio Gavà, que además ha sido galardonado con el oro en la categoría Governanza, Instituciones y Empresa Social en los premios internacionales de la IWA. Concretamente, el año pasado se inauguraba un punto de recarga inteligente de agua subterránea para el riego y la limpieza de las calles que permite conocer con detalle los patrones de consumo.

«Y es que la sostenibilidad se consigue con acciones como estas en las que administración (Ayuntamiento de Gavà) y empresa (Aigües de Barcelona) se aúnan con centros como Cetaqua para promover, desde la colaboración, soluciones inteligentes que nos permitan ahorrar, reutilizar y velar por la salud del planeta. Tanto es así que en esta primera fase la instalación, acuñada bajo el nombre “Recaigua”, cuenta con un potencial ahorro de hasta 3.000 metros cúbicos de agua potable cada año en los trabajos de limpieza y jardinería».

Lorenzo señala, además, que de la misma manera que los inversores, los clientes, los gobiernos y la propia sociedad en su conjunto presionan cada vez más a las empresas para que hagan pública su huella de carbono con mecanismos de certificación y distinción ya habilitados, es necesario que se elaboren marcos normativos propicios similares para la huella hídrica, sobre todo ahora que la nueva taxonomía verde la Unión Europea exige políticas de gestión eficiente y uso sostenible del recurso.

«Esto es especialmente necesario en el actual contexto de estrés hídrico creciente en España y en todo el mundo, que nos aboca a la sequía y a implantar sin demora mecanismos de eficiencia en el uso y la gestión del agua, por lo que urge implantar esos mecanismos de registro y control de la huella hídrica en las actividades económicas», afirma Lorenzo.

Añade, además, que el sector privado lidera la apuesta por esta reducción de la huella hídrica, sobre todo en áreas como la agricultura o la agroindustria y el sector minero, pero la administración es más lenta a la hora de habilitar los mecanismos normativos que impulsen desde lo público esta sensibilidad. «Lo vemos en los indicadores de iniciativas como EsAgua, la primera red sobre huella hídrica en España con la que promovemos modalidades de consumo y producción responsables. Una red a la que ya están adheridas más de 40 empresas españolas de diferentes sectores como el agroalimentario, el minero y el cervecero, entre otros, en su compromiso por calcular, reducir y compensar la huella hídrica.»

A pesar, incide Yago Lorenzo, de que «en España tenemos una sensibilidad especial a la hora de cuidar el agua y nuestra gobernanza, con toda su capacidad de mejora, es un ejemplo internacional por organismos de gestión como las confederaciones hidrográficas y además somos referencia internacionalmente en tecnología e innovación al servicio de la sostenibilidad y eficiencia del ciclo integral del agua».

Desde Cetaqua Galicia, en concreto, se ve este posicionamiento internacional con la reciente consecución de tres nuevos proyectos enmarcados en Horizonte Europa, el nuevo Programa Marco de Investigación e Innovación de la Unión Europea para 2021-2027, uno de los cuales se coordina desde el área de sostenibilidad. Con estos, se pretende contribuir al desarrollo de nuevos modelos de economía circular, a través de la gestión sostenible y de la valorización del agua residual y los residuos orgánicos, entre ellos los fangos de depuradora.

«Con BIORECER, el primer proyecto que coordinamos dentro del área en el marco de Horizonte Europa, buscamos promover el uso de las biomasas y los biorresiduos, garantizando el mejor rendimiento medioambiental posible y la trazabilidad de las materias primas biológicas utilizadas por las bioindustrias.» Además, añade Lorenzo, los esfuerzos se centrarán también en evaluar el impacto de los esquemas de certificación actuales en los consumidores y stakeholders de las bioindustrias, así como la aceptación de las nuevas cadenas de valor de las materias primas biológicas, especialmente aquellas consideradas como residuo.

«Todos estos ejemplos evidencian que la tecnología es la gran impulsora de la sostenibilidad», concluye Yago Lorenzo, que destaca lo esencial que es que «el éxito de una empresa no se mida sólo por sus resultados económicos, sino por el compromiso social y su capacidad para transformar la sociedad en algo más justo y amigable para las personas».



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